Una enfermera de un hospital de Almería no dudó en alertar a unos pacientes, en voz alta y sin remilgos, de que cogieran "sus bolsos y no los pierdan de vista que en la habitación de al lado hay una familia de gitanos". Al ver el asombro de la familia señalada, la enfermera se dio cuenta de la situación pero se marchó sin ningún tipo de disculpa. El Secretariado engloba esta denuncia como un claro caso de racismo.