El presidente andaluz, José Antonio Griñán, se reunirá el lunes con Zapatero para buscar fórmulas de gestión del Guadalquivir una vez anulada la trasferencia de las competencias por el Constitucional. Viaja a Madrid confiado ante la "actitud positiva" del Gobierno central, que ayer corroboró el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, al asegurar que hay margen para "garantizar" que Andalucía tenga "una participación importante en las decisiones sobre la cuenca".

Rubalcaba insistió así en el mensaje lanzado el jueves por el vicepresidente tercero, Manuel Chaves --que gestionó la transferencia como presidente de la Junta--, y la ministra de Medio Ambiente, Rosa Aguilar. Si bien concretó que la apuesta del Gobierno central pasa por usar el "marco constitucional" del artículo 50, no anulado pese a que también fue recurrido por la Junta de Extremadura. El artículo 50 alude a las aguas que "transcurren íntegramente por Andalucía", criterio territorial en el que el Constitucional (TC) no aprecia la ambigüedad que temía Extremadura que pudiera dar cabida al Guadalquivir. A éste se refiere expresamente el artículo 51, que el TC considera una excepción ya anulada. Sin embargo, el también ministro del Interior ve margen para "encontrar una fórmula que consiga el objetivo político que los andaluces querían cuando se dotaron de ese Estatuto", si bien reconoció que debe buscarse desde otro mecanismo "distinto" a la transferencia, una vez que el TC ha dicho que "no es posible esa transferencia". Pero insistió en "garantizar que Andalucía esté presente en la toma de decisiones de una manera clara, determinante" sobre el río porque "es verdad que forma parte, como se ha dicho estos días, de la columna vertebral de Andalucía".

Griñán también se mostró seguró de que esa fórmula mágica existe y buscándola pasarán "todo el fin de semana" los servicios jurídicos de la Junta y del Ministerio de Medio Ambiente, por lo que confió en "tener bastante avanzado" el tema cuando el lunes se reúna con Zapatero.

El presidente andaluz destacó la "actitud positiva" encontrada no sólo en el Ejecutivo central, sino también en el propio presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara. "Me llamó y me dijo que esto no es una polémica entre vencedores y vencidos", explicó, e insistió en buscar un "acuerdo". "En las riberas del Guadalquivir viven cerca de cinco millones de andaluces, por lo que necesitamos que sea gestionado, de forma compartida, por el pueblo que lo habita, lo vive y lo disfruta", subrayó Griñán, que anunció la próxima creación del Consorcio del Guadalquivir para darle "usos económicos, sociales, recreativos, culturales y gastronómicos". La consejera de Presidencia, Mar Moreno, también defendió que Andalucía preserve su "protagonismo" en su gestión.

Desde las otras regiones regadas por su cuenca, Vara abogó por "cogestionar el agua en una organización que tuviera al Gobierno de España y a los gobiernos de los comunidades", propuesta que apoyó Murcia. Desde Aragón, el presidente maño, Marcelino Iglesias, se desmarcó de la polémica al defender que su Estatuto mantiene la unidad de la cuenca del Ebro.