Ya tenemos otra liada. Por si fuera poco el enfrentamiento por la deuda del Estado a Andalucía, ya saben; esos novecientos mil millones que se niegan a entregar aunque son de todos los andaluces, ahora se levanta otra hacha de guerra por lo del complemento autonómico de las pensiones. Y todo esto con el doble telón de fondo de las elecciones andaluzas y generales, que es el escenario en que se van a celebrar todos los rifirrafes políticos a partir de ahora.

La verdad es que la tiene que estar contenta es doña Teófila, porque con estas cosas cada vez se lo ponen más difícil. Dicen los malpensados, incluso dentro del PP y en sus proximidades, que Arenas hace estas cosas como estrategia personal, para que aquí no se mueva nada mientras esté él en Madrid. Es posible que así sea, aunque yo le concedo al vicepresidente del Gobierno más capacidad política que eso, porque lo conozco bien hace muchos años. Pero es que difícilmente se entiende que en todos estos años no haya firmado ya la entrega de una deuda a Andalucía que está más clara que el agua, valorada, cuantificada, y retrasado su pago sin motivo.

Por cierto, el otro día se descolgó el delegado del Gobierno, y sin embargo amigo, Juan Antonio Zoido, con una crítica a la demanda de Chaves del dinero de todos los andaluces. No aclaró si lo hacía como delegado o como coordinador de campaña del PP en Sevilla. Y no es que haya incompatibilidad, pero el puesto de la Torre Sur exige cierto distanciamiento y neutralidad. Personalmente me aclaró que él no ve esa circustancia de incompatibilidad y que pretende ser ecuánime y equilibrado en estos tiempos. No dudo de su honradez política, sentido de la justicia y talante personal.

Pero vamos a lo que vamos: las pensiones. El Gobierno central estaba harto de que las autonomías se apuntaran tantos políticos con esos complementos a las pensiones más bajas. Ya ven de qué estamos hablando: de dos o tres mil duritos al año para que nuestros viejecitos, los que cobran una pensiones miserables tapen algún agujerito. Acción bendecida incluso en los más altos tribunales, como por la lógica, el sentido común y la justicia.

Para eso hace una ley impidiendo estas actuaciones autonómicas, pero algunos, como el Gobierno andaluz, han estado más rápidos promulgando decretos que entren en vigor antes que la ley y haciendo que esa ayuda llegue a los más desfavorecidos. A mí, qué quieren que les diga, me parece bien que así sea. Lo haga quien lo haga y aunque tenga tintes electorales. Lo importante es que nuestros mayores estén un poquito mejor de lo que el sistema único del INSS los tiene. Ya otros defienden a los poderosos, bajando sus impuestos, permitiendo que tapen sus ingresos con los de las empresas, ficticias o no, y hasta pagando de la caja de todos --vía desgravación-- el vehículo de lujo con el que destacan. Yo, que soy del común de paganos de la nómina --los que mantenemos el tinglado-- quiero que los pobrecitos tengan un poquito más.