Vaya por delante que los electores nunca se equivocan, que esa es la razón suprema de la democracia. Algunos políticos no lo creen así y le echan broncas a los electores. Otros, incluso, dicen que hay voto bueno --el de las capitales-- y voto chungo --el de los pueblos--, como de primera división y de segunda. Los políticos que hacen esos análisis se quedan en evidencia democrática. Por decirlo en palabras más fuertes: no sé yo dónde han mamado la democracia.

Teniendo en cuenta que la gente ha votado en libertad, que el pueblo no se equivoca nunca y que todo voto es igual a otro, está claro que el pueblo también ha querido, con sus votos, meter a los políticos en los jaleos para que se estrujen el seso buscando una solución. Y si el pacto no es aceptable, por intereses o contra lo que votó la gente, se acordarán los pactantes en las próximas elecciones.

Estamos esta semana en fase de pactos, algunos claros que serán aceptados por la gente y otros no tan limpios. Sobre todo allí donde la gente ha dicho que no quiere a fulanito como alcalde, pero le darán la vara de mando al fulanito.

El lío más gordo han querido los electores que sea en Cádiz. El Partido Popular quiere la Diputación de Cádiz, pero necesita los votos PA y PSA, irreconciliables ex amigos. A cambio le daría la alcaldía de Algeciras al PA y la de Jerez al PSA. Pero los del PA no están dispuestos ni muertos a que Pacheco vuelva a ser alcalde de Jerez, ni de carambola si pueden evitarlo. Además, gran parte del electorado ha votado contra los alcaldes de Jerez y Algeciras. Así las cosas, parece difícil que se engarce toda esta operación a tres bandas. El que la propicie saldrá malparado en las urnas en el futuro.

Otro tema es Almería. Es verdad que el ex alcalde Megino ha ido por libre y ha sacado unos resultados impresionantes sin aparato ni estructura. Tal vez no estaría mal visto como alcalde por mucha gente aunque no lo hayan votado. Pero, ¿quién hace alcalde a un rebelde que se marchó porque no fue candidato?

El que está muy tranquilo, sin pensar en pactos ni nada, es Julián Muñoz. En El Rocío, con la Pantoja, con coche oficial y escoltas de válvula. Y rezándole a la Virgen, dice el muy católico que ha ido allí a hacer exhibición pública de adulterio y concubinato, que digo yo que deben ser pecados para los que van a iglesias y romerías.

Mientras, el patio nacional está que arde, porque no hay semana sin desastre. Después de lo de Casablanca, el avión de los militares y después lo del tren. Para los que decían --Campmany, entre otros-- que el gafe era Arenas ha quedado demostrado que no es así. Sobre todo porque Arenas es el principal artífice de la recuperación del PP el 25-M. Mas bien, parece que el gafe sea Cascos. Claro, que a ése no hay quien le ponga el cascabel, porque nadie sabe por dónde tiene agarrado al jefe, que ha tenido mil motivos para echarlo del Gobierno y nunca lo ha hecho.