Síguenos en redes sociales:

La rusa

Preferíamos la época de la guerra fría, cuando entre tanta histeria nuclear las cosas estaban claras. No como ahora. Por ejemplo, ¿Qué es Rusia? ¿Una democracia, una democracia imperfecta, un país en vías a la democracia, un país capitalista, o mafioso, liberal, o autoritario, socialista o socialdemócrata? No se sabe, un poco de todo. Sí se sabe que está gobernado por Putin, un ex del KGB, tipo autoritario, macho alfa vanidoso, y que muestra su eslava musculatura en cuanto te descuidas y monta a caballo. En esas dos cosas se parece a Abascal. En fin, que como no sabemos su gracia, desconfiamos del lobo estepario. Y el pato lo paga su vacuna. Visto que la Unión Europea firmó con las empresas farmacéuticas el contrato de Marx (Groucho), «la parte contratante de la primera parte es la parte contratante de la primera parte...», que no se sabe si pone cuántas, cuándo, cómo y por cuánto, tenían que entregar las vacunas, y cuando publican el contrato es con tachones para que esos artículos queden meridianamente y diáfanamente ocultos, pues a ver, la rusa, qué se le va a hacer. Las vacunas capitalistas han aparecido en Israel, Reino Unido y países del Golfo, y no voy a hacer el chiste de relacionar el Golfo con los golfos (bueno, ya lo he hecho), donde las han comprado a precio de oro del que por lo visto caga abundantemente el moro, aparición milagrosa, ventaja de la globalización. La cuestión es que nos queda la rusa, y me levanto, voy y me informo en un artículo de las científicas Matilde Cañelles López y María Mercedes Jiménez Sarmiento, esta última del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en el que ponen a la rusa por las nubes, no la nube radiactiva de Chernobyl sino las nubes de verdad, y explican muy bien explicado por qué es tan buena, y que si se ha desconfiado es porque los rusos siguen con la mala costumbre de la etapa soviética de no creerse en la necesidad de publicar las cosas sino al final, y esto son lentejas, si quieres las tomas... También la revista Lancet, lo mejorcito en la materia, eleva a la rusa a los altares. O sea, que me la pongan, que uno es liberal y rectificar el prejuicio es muy sano.

* Escritor

Pulsa para ver más contenido para ti