La acogida de hace una década a este encuentro de batucadas parecía al principio dudosa. Hasta los más reticentes mostraban algo de recelo. Pero, con el paso del tiempo, cuando el alma adquiere ritmo, el pueblo marca la diferencia y así lo han demostrado durante estos años los vecinos de Pedro Abad, conocidos en la zona como «los tamborileros», por celebrarlo casi todo al ritmo del tambor. Parece una metáfora imperfecta, pero no. Ese mismo ritmo marca las horas cada año en un ambiente distendido, donde las sintonías corporales se convierten en una excelente tarjeta de visita.