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Agricultura

Jaime Lillo, presidente del COI: "El primer desafío del olivar es producir más"

El presidente del Consejo Oleícola Internacional asegura que la demanda de aceite de oliva sigue creciendo

El presidente del COI, Jaime Lillo

El presidente del COI, Jaime Lillo / Córdoba

Rafael Verdú

Rafael Verdú

Córdoba

El presidente del Consejo Oleícola Internacional (COI), Jaime Lillo, ha desgranado este martes en Córdoba algunas de las claves del futuro del olivar en el mundo, y especialmente en España, principal productor de oro líquido del mundo. Lo ha hecho durante la presentación de la próxima reunión de este organismo de la ONU en Córdoba, que tendrá lugar el 19 de noviembre.

Para Lillo, el olivar afronta unos años con numerosos retos por delante, entre los que se sale un incremento constante de la demanda de aceite de oliva que debe ir acompañado, en consecuencia, de una mayor oferta. En resumen, y según sus propias palabras: "El primer desafío es producir más aceite de oliva, y ponerlo a disposición de los consumidores que están interesados en consumir de forma saludable".

Eso sólo será posible si la demanda actual del producto sigue creciendo, y Lillo estima que así será. Para ello se apoya en datos como el aumento del consumo, que se ha duplicado en los últimos 30 años. Y el gusto por al aceite de oliva sigue creciendo más allá de los mercados tradicionales del Mediterráneo. Está ocurriendo sobre todo en EEUU, pero también en países como Brasil, Australia, Rusia China o Japón.

Sus palabras son, pues "un llamamiento a los productores para seguir invirtiendo, produciendo y mejorando en la senda de excelencia que lidera el sector español y que continúa en el Mediterráneo y en países del Hemisferio Sur como Argentina". Hay que producir más y hacerlo mejor, viene a decir el presidente del COI.

El cambio climático

Pero eso no significa hacerlo de cualquier manera ni obviando la necesidad de conjugar una agricultura moderna con el respeto al medio ambiente, amén de otros condicionantes como la fijación de la población al territorio en el mundo rural. Ese es, precisamente, otro de los retos del sector oleícola para los próximos años. Según Lillo, el sector oleícola se enfrenta a un "contexto bien complejo: el que nos impone el cambio climático. Esto lo estamos observando de manera muy clara en el Mediterráneo y en otras regiones del mundo también".

Uno de los efectos del cambio climático es la alteración en la producción anual de aceituna y de aceite de oliva, que puede llegar a ser muy inestable. Ocurrió hace un par de campañas, cuando la sequía provocó dos cosechas inusualmente bajas, algo a lo que el sector no está habituado. Por lo común, los productores cuentan con la vecería, un fenómeno natural por el que el olivar -y otros cultivos- ofrece de forma alternativa una cosecha buena y otra mala. Pero nunca, según Lillo, se habían dado dos recogidas tan malas de forma consecutiva como las que obtuvieron los olivareros entre 2022 y 2023.

Esos vaivenes tienen su reflejo lógico en el mercado y desestabilizan los precios. En la actualidad han vuelto a lo que Lillo considera la "normalidad", después de una campaña con unos precios para el consumidor disparados. No obstante, el COI, advirtió su presidente, no puede hablar de precios ni realizar previsiones al respecto.

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