Entrevista | Miguel Cobos Secretario general de UPA Córdoba
"Estamos en contra del acuerdo con Mercosur, se puede mejorar"
Considera que "el consumidor puede pagar perfectamente el aceite a 6,5 euros, porque lo ha pagado antes a 10 u 11 euros"
Miguel Cobos es el máximo representante de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) en la provincia de Córdoba, conocedor profundo de la realidad del medio agrario cordobés.
Al término del complicado año 2024 analiza los resultados del mismo y avanza en los objetivos fundamentales y retos del sector agroalimentario y ganadero para el ejercicio 2025, que ahora se inicia con la esperanza de que la climatología sea más benévola.
-Acaba el año 2024, que ha tenido mucha materia informativa sobre el sector agrario, pero quizás el más destacado ha sido el de la sequía, que al final nos ha dejado a medias, ha llovido, ha salvado algo, pero no lo que se necesitaba, ¿no?
-No, no nos ha salvado lo que necesitábamos. La verdad es que el año meteorológicamente hablando ha sido bueno en términos generales. Tuvimos una primavera muy buena, además inesperada, que hizo posible que los pantanos se recuperasen en bastante proporción y garantizase un riego casi normal, con unas dotaciones a los cultivos que tenemos en la actualidad prácticamente al 80% de las concesiones.
-Entonces, algo ha aliviado ¿no?
-Sí, bueno, ha mejorado mucho la situación, pero ya llevamos un mes y medio sin caer una gota prácticamente. Y eso está haciendo que los cultivos se resientan.
-Muy relacionado con la sequía estaba el asunto de los precios y las dificultades que generaban para las producciones. ¿Cómo se presenta el año 2025 en este sentido?
-Bueno, los precios han bajado, excepto el de los fertilizantes. Se ha regularizado un poco la energía, el gasóleo, los piensos también. Los fertilizantes son los que se siguen manteniendo ahí en torno a un 60 o un 70% más caros que antes de la guerra de Ucrania y antes de la crisis de los costes de producción. Este año no hay previsiones de riego, la tierra no tiene fondo, el crecimiento del olivo y de otros cultivos leñosos no ha sido tampoco el esperado, por lo que no tenemos tampoco unas previsiones de grandes cosechas en la próxima campaña. Y los precios, pues hemos tenido cultivos herbáceos en general con buenas producciones, gracias a la lluvia de primavera, hemos tenido una buena campaña de cereales pero el precio no acompaña. Es poco atractivo. El mejor cultivos ha sido el aceite.
-Que precisamente ha sido el que más dimes y diretes ha generado.
-En aceite tuvimos una producción corta el año pasado de 850.000 toneladas a nivel nacional y de 152.000 a nivel de la provincia y, el precio era espectacular. Hasta que se ha iniciado esta nueva campaña, que, por movimientos, no sé cómo llamarlos, si especulativos, de miedo de los propios agricultores, o de mucho aceite de golpe, en dos meses se han puesto en el mercado 600.000 toneladas de aceite, y ese aceite, como sabemos, no es el aceite de mejor calidad, que no viene de un olivar tradicional, sino de los superintensivos.
-¿Ahí radica la bajada del precio los últimos dos meses?
-Eso es lo que pensamos en UPA, que esas grandes salidas de aceite al mercado, que también tienen unos costes de producción mucho menores, pues lo ha permitido. Antes de empezar esta nueva campaña estaba el aceite por encima de los 8 euros y empiezan a vender el que produce aceite con unos costes de producción de 2 euros el kilo en olivar superintensivo a siete y medio o a cinco e incluso a cuatro, como estaba hace unos días. La tendencia, pensamos nosotros, es a subir un poco. El aceite tiene que volver a los 5 o 5,5 euros para que el olivar tradicional cubra costes y porque tampoco hay una campaña impresionante como para volver a precios en los que no se cubren los costes de producción. El consumidor, si lo tiene a 6,5 en el lineal, lo puede pagar perfectamente porque lo ha pagado a 10 u 11 euros en estas dos campañas últimas. Si se lo encuentra a 6,5 yo creo que es un precio justo para el consumidor y a 5 o 5,5 para el productor también es un precio que garantiza la rentabilidad.
-En marzo UPA firmó un acuerdo que rompía la unión de acciones con las otras organizaciones agrarias ¿qué balance hacen ustedes?
-Yo creo que el acuerdo fue positivo ¿no?. Las movilizaciones tienen un componente económico, un componente sindical y un componente político, porque todos vivimos en esta sociedad y tenemos una idea de lo que es. Entonces, los movimientos que surgieron independientes, entre comillas, empezaron a moverse y nosotros también. El Ministerio planteó una serie de mejoras. Nosotros queríamos que se flexibilizase la PAC, que se simplificase. Y bueno, ese era uno de los objetivos. Ese se ha cumplido al 100%.
-¿Y los ecorregímenes?
-Los ecorregímenes se han simplificado mucho para que todo el mundo y todos los tipos de terrenos se adapten a ello. En fin, ha habido mucha simplificación y flexibilización. En temas de acuerdos con terceros países, ahí es donde está más floja la posibilidad o el acuerdo porque son acuerdos que firman la UE con países terceros, y que para unos sectores son más perjudiciales y para otros son más beneficiosos los acuerdos. Lo que pedíamos, sobre todo, era la cláusula de espejo.
-Esa es la que se refiere a productos que vienen de fuera con menos exigencias legales que los que se producen aquí, ¿no?
-Exactamente, esa es la cláusula espejo. Es decir, exigirle que lo que entra de fuera haya sido producido con los mismos estándares de calidad que los que producimos nosotros, con los mismos productos fitosanitarios, los mismos requisitos medioambientales, los mismos requisitos sociales, etcétera, que no tengamos una competencia desleal.
-Estos días se está hablando del acuerdo con Mercosur. ¿Cuál es su postura en ese acuerdo cuál es?
-Bueno, nosotros estamos en contra de ese acuerdo. Entendemos que se puede mejorar y que hay que compensar a los sectores que salen más perjudicados. El acuerdo tiene, para el sector agrario cordobés, luces y sombras.
-¿Cuáles son?
-Las luces que tiene son el aceite de oliva, que paga un arancel ahora mismo allí de un 35% creo. El aceite que va a Argentina o a Brasil se encarece un 30 o un 35% para entrar allí. Si se quita ese arancel, el aceite de oliva es uno de los grandes beneficiados. El vino puede ser un beneficiado también. Allí no producen vino, si somos capaces de llevarlo allí y de venderlo, pues también. Luego, al sector ibérico, pues también se le abre un nicho de mercado de 300 millones de habitantes que puede ser interesante. Y luego hay sectores que salen perjudicados, como es la carne de vacuno, los zumos de cítricos o la miel. Para ellos pedimos que sean compensados económicamente.
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