CAMPO
El sector aplaude el control de la miel a través de su etiquetado
La nueva normativa obliga a indicar el país de procedencia y el porcentaje de la mezcla realizada
Las patronales agrarias piden que la iniciativa se extienda a otros productos que no se controlan

Tarros de miel en el expositor de la última edición de Expomiel. / ÓSCAR BARRIONUEVO

Los apicultores cordobeses acogen con satisfacción la medida adoptada el pasado martes por el Parlamento europeo para poner blanco sobre negro a la invasión de mieles en los mercados procedentes de terceros países y con dudas sobre su pureza y calidad. Según el acuerdo adoptado, la miel de importación deberá cumplir unas normas sobre etiquetado, en el que tendrá que aparecer la nomenclatura (clase de miel), la composición, el país de procedencia, y, en caso de que se hayan mezclado, deberá aparecer en la etiqueta en orden descendente los países en función de la proporción de miel que contenga el producto. Con esta medida se evitará que terceros países, principalmente China, aporten a sus productos mieles de calidad en pequeñas proporciones, como puede ser el caso de la que se produce en Andalucía, y sea comercializada en el mercado nacional e internacional como miel española.
"Es una noticia muy positiva y que estábamos reivindicando desde el sector desde hace muchos años", declaró el secretario general de UPA Córdoba, Miguel Cobos, quien añadió que "es una reclamación histórica del sector que la identificación se haga de forma correcta tanto de la procedencia como del porcentanje de mezcla de las mieles que invaden nuestro mercado y que ponen en peligro la supervivencia de nuestros apicultores". Cobos matizó que "ahora hace falta concienciar al consumidor" para que sea consciente de la importancia de apostar por los productos de calidad.

Apicultores recogiendo miel / CÓRDOBA
El presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, indicó que, "sin duda alguna, es una gran noticia para los agricultores andaluces y españoles". Al respecto señaló que "la sequía está pasando una factura muy grande a las explotaciones" y que está debilitando a las abejas, por lo que la entrada de mieles de terceros países contribuye al cierre progresivo de explotaciones. «Las mieles que vienen del exterior, fundamentalmente de China, no reúnen los controles de calidad del campo español, por lo que nos parece aceptable que se establezca esa condición de etiquetar la procedencia y la mezcla». Para Fernández de Mesa esta medida "debe ampliarse" a otros sectores que también sufren las consecuencias de una competencia desleal en cuanto a que los productos agroalimentarios importados no reúnen los estándares de calidad que se exigen a los europeos, como "es el caso de las naranjas de Sudáfrica o los tomates de Marruecos", apuntó.
Por su parte, el responsable de la sección apícola de COAG Córdoba, Juan Antonio Ruiz, acogió "con alegría" la medida puesto que supone una de las acciones que los apicultores «hemos estado durante años exigiendo para poner fin al fraude y a la adulteración de la miel». Ruiz apuntó que "este es el camino a seguir", aunque se mostró cauteloso, ya que actualmente "también están obligados a poner el país de origen y en ningún lineal de las grandes cadenas de venta se puede ver de dónde procede la miel". Por otro lado, el responsable de COAG también abogó porque se avance en los controles de calidad para detectar las mieles adulteradas.
Adulteración del producto
En este sentido, cabe recordar que un estudio realizado por la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) publicado el pasado marzo, constató que el 46% de la miel que se importaba de terceros países era sospechosa de incumplir la legislación europea. La mayoría de esas mieles bajo sospecha procedían de China.
Actualmente el país asiático es el mayor productor de miel del mundo, con 473 millones de toneladas producidas en 2021. Esta cifra supone el 27 por ciento de la producción mundial y el doble de lo que producen todos los países europeos, cuya cuota mundial es del 13 por ciento.
En Andalucía, según datos de la Junta referentes a 2022, existe un censo de 629.685 colmenas, lo que representa un 20,33% del censo nacional y un total de 4.807 explotaciones apícolas, de las cuales hay 311 activas en Córdoba. La apicultura que se realiza en Córdoba es profesional, ya que la mayor parte del censo, un 87%, forman parte de explotaciones profesionales.
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