ENTREVISTA | Pablo Resco Doctor ingeniero agrónomo e investigador de los efectos del cambio climático

«Con 1,5 grados más, el caudal del Guadalquivir bajaría un 17%»

«Es posible que cada vez más ciertas poblaciones tengan que abastecerse con camiones cisterna», afirma

Pablo Resco, doctor ingeniero agrónomo.

Pablo Resco, doctor ingeniero agrónomo. / CÓRDOBA

Pilar Cobos

Pilar Cobos

Pablo Resco (Madrid, 45 años) es doctor ingeniero agrónomo y trabaja en la plataforma Tierra, una empresa de Cajamar. En el marco de su investigación sobre los efectos del calentamiento global, es autor del informe Empieza la cuenta atrás. Impactos del cambio climático en la agricultura española, elaborado y difundido por COAG en 2022. También ha analizado los efectos del fenómeno en los ríos y apunta que, según los datos de un estudio del Cedex (Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas), el caudal de la cuenca del Guadalquivir bajará hasta un 17% si la temperatura sube 1,5 grados centígrados. Con un incremento de dos grados, que sería lo que sucedería hasta 2050, disminuirá hasta un 23%.

El año pasado lograron una importante repercusión con ‘Empieza la cuenta atrás’. ¿Cuáles son las principales conclusiones?

El estudio se centraba en los impactos climáticos previsibles, en base a la literatura científica, que habría en España en los próximos años en el escenario más plausible. Estamos hablando de un calentamiento de hasta dos grados para 2050. Ahora mismo, el escenario más probable sería un calentamiento de grado y medio en la década actual, pero posiblemente se llegue antes con la agenda de emisiones actual. Esto son medias de temperatura para todo el planeta. En la zona mediterránea, como es una de las más expuestas, el incremento de temperaturas sería mayor y los efectos serían mayores. En el estudio analicé cuatro sectores: los cereales, el viñedo, el olivar y la dehesa. Actualmente, se estima que se puede haber producido un calentamiento, sobre los niveles preindustriales, de alrededor de 1,1 grados, según el último estudio del IPCC. En Andalucía, hablamos de bajadas del rendimiento en torno al 20% en cereales de aquí a 2050. En el olivar, en torno al 20% también, pero hay distintos estudios. El que más me gusta coge la variedad picual. Con un incremento de 2,5 grados en secano, podría descender hasta un 40% la producción. Con dos grados aguantaría bastante bien.

¿El descenso del rendimiento de la actividad agraria obligará a una transformación económica?

Claro, si baja el rendimiento, aumenta la vulnerabilidad económica. Las explotaciones van a necesitar un músculo económico muy importante para resistir.

¿En la ganadería la situación será similar a la agricultura?

Efectivamente. La ganadería es muy compleja, hay muchos tipos de explotaciones. Ahí entran otro tipo de factores como la demanda. En teoría, las explotaciones con menos dependencia de la alimentación externa están menos expuestas, ahora mismo, a volatilidades de mercado, pero esas explotaciones también aumentarán su vulnerabilidad. Sí es previsible que el precio internacional de los alimentos se incremente en los próximos años.

Sotos de la Albolafia en el río Guadalquivir, en una imagen de la semana pasada.

Sotos de la Albolafia en el río Guadalquivir, en una imagen de la semana pasada. / Francisco González

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¿Con el calentamiento global costará más alimentarse?

Esa es una de las conclusiones del estudio. Afectará, sobre todo, a la seguridad alimentaria de forma global.

¿Esto puede hacer que se cambien los hábitos de alimentación?

La inflación es una de las causas más claras de cambio en los patrones alimentarios. Ahora mismo, se ve claramente cómo el consumo de carne ha descendido en Europa.

¿Cuál sería el impacto del cambio climático en la cuenca del Guadalquivir?

En el estudio del Cedex (Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas) el periodo de referencia es del año 1961 al 2000. Se prevé que con un incremento de 1,5 grados centígrados, lo previsible para la década de 2030, estaríamos hablando de un descenso de la escorrentía, del caudal de la cuenca, del 17%. De ese 17%, ya se ha producido una reducción del 12%, sin incluir lo ocurrido en los últimos cuatro años. Con dos grados, que sería lo que sucedería hasta 2050, el descenso sería de hasta un 23%.

Debido a la sequía, en los últimos días se está abasteciendo a los vecinos del norte de Córdoba con camiones cisterna. ¿En el futuro serán más frecuentes estos problemas?

Claro. Ese es uno de los problemas de los estudios de cambio climático, porque mucha veces nos dejamos llevar por las medias y lo malo son los extremos. Si te dicen: se te va a incrementar la cesta de la compra un 5%, piensas «bueno, me tendré que ajustar un poquito», pero ¿qué sucede si un año se abarata y otro sube el 50%? Pues que esos años lo pasas muy mal. Para llegar a una media de reducción, quiere decir que habrá unos extremos muy grandes y ese es el gran problema, por ejemplo, con la sequía.

¿Hay que prepararse?

Nos enfrentamos a sequías cada vez más duras y frecuentes. La capacidad de resistencia no te la da un año normal, la capacidad de resistencia es si eres capaz de aguantar los años extremos. Todo tiene que estar adaptado a sobrellevar estos eventos extremos. Es posible que nos encontremos que cada vez más frecuentemente ciertas poblaciones se tendrán que abastecer con camiones cisterna. El mensaje que se intenta resaltar es que estos son los escenarios más probables, pero si empezamos a reducir ya las emisiones de gases de efecto invernadero, podemos hacer que el cambio climático sea menos severo.

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