Reacciones a la nueva norma

COAG alerta de las estipulaciones de la PAC sobre el viñedo en Montilla-Moriles

La organización agraria critica la «condicionalidad» para las cubiertas vegetales

Un joven viticultor recorre un viñedo con cubierta vegetal en el término municipal de Montilla.

Un joven viticultor recorre un viñedo con cubierta vegetal en el término municipal de Montilla. / JOSÉ ANTONIO AGUILAR

Juan Pablo Bellido

Juan Pablo Bellido

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha mostrado su repulsa a la «condicionalidad» que recoge la nueva Política Agraria Común (PAC) sobre las cubiertas vegetales de cultivos permanentes con más de un 10 por ciento de pendiente.

El responsable de Viña de COAG Córdoba, Manuel Alférez, advirtió que esta medida «puede ser contraproducente» para los viñedos de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles, un cultivo que, a juicio del portavoz de la organización, «está muy castigado», como consecuencia de los arranques que se vienen produciendo sistemáticamente en los últimos años.

«La condicionalidad es obligatoria en la nueva PAC y establece que cualquier cultivo permanente con más del 10 por ciento de pendiente debe tener una cubierta vegetal, viva o inerte, de un metro de anchura como mínimo entre los meses de octubre y marzo», explicó Alférez.

En ese sentido, desde COAG recordaron que el 90 por ciento de las cepas de la Sierra de Montilla, ubicadas en la Zona de Calidad Superior, «tienen más de un 10 por ciento de pendiente, son de secano y, por la climatología de la zona, con pocas precipitaciones, es probable que la cubierta vegetal compita con las cepas por la escasa agua retenida en el suelo, lo que obligaría a un mantenimiento extremo de la cubierta con varios pases de desbrozadora».

A su vez, el portavoz de COAG detalló que la nueva PAC contempla los «ecoesquemas» o «ecorregímenes», una de las principales novedades que conforman la denominada «Arquitectura verde». Según Alférez, «su aplicación no es obligatoria, pero permiten cobrar una ayuda más, si se aplican», algo que consideran «inviable».

«En este caso, su aplicación es aún más complicada, ya que exige sumar a los compromisos obligatorios de la condicionalidad los voluntarios del ecoesquema», detalló Manuel Alférez, quien añadió que «el viñedo de la zona no necesita más problemas»