Los precios de la tierra agrícola vuelven a aumentar tras el covid

El precio de la tierra agrícola vuelve a crecer en Córdoba después de dos años, 2019 y 2020, registrando caídas. La encuesta realizada por la Consejería de Agricultura para el año 2021 (últimos datos disponibles) indica que la media provincial se sitúa en 18.232 euros por hectárea tras aumentar muy levemente (un 0,2%) respecto al ejercicio anterior. Sin embargo, hay que destacar los incrementos experimentados en los precios de los cultivos de naranjo (+7,1%), pastizal (+5,3%) y labor de regadío (+3,5%), y los descensos en los terrenos para labor de secano (-2,6%) y viñedo para transformación en secano (-1,9%).

Agricultura señala que, después de estas variaciones, los suelos mejor valorados en la provincia continúan siendo los de naranjos, con un coste medio de 42.842 euros por hectárea; olivar para transformación en riego, con un precio de 35.453 euros por hectárea, y viñedos para transformación en secano, que se encuentran a una media de 32.014 euros.

A pesar de la subida experimentada, los precios de la tierra agraria se encuentran lejos del pico más elevado de los últimos años, que tuvo lugar en el 2018, cuando se abonó una media de 19.993 euros por hectárea en Córdoba, un 9% más que ahora.

En cuanto a lo ocurrido en Andalucía, la encuesta recoge que la comunidad autónoma encadenó en el 2021 su tercer año consecutivo de bajada del precio de la tierra agrícola, al anotar un descenso del 0,3%. El valor medio de los terrenos es de 19.775 euros por hectárea. La consejería destaca que Almería y Jaén continúan siendo las provincias que ofrecen los precios más altos, ya que en el primer caso la media es de 43.029 euros y en el segundo, de 26.310 euros.

Evolución en el 2022

En cuanto a lo ocurrido el año pasado, Luis López Crespo, director del área de fincas rústicas de Tecnitasa a nivel nacional, afirma acerca del mercado en Córdoba que 2022 «empezó con una subida de precios importante, sobre todo, en labor de riego, pero con la sequía en verano hubo un parón de operaciones y se han contenido un poco». De este modo, estima que «en las fincas buenas han subido los precios en torno a un 10%» y subraya que «este año se han hecho operaciones impresionantes» en la provincia.

En su opinión, los secanos de mejor calidad se ubican en la campiña de Córdoba, Castro del Río, Fernán NúñezLa Victoria o San Sebastián de los Ballesteros. 

López Crespo comenta que quienes compran son, principalmente, empresas y fondos de inversión, pero el agricultor pequeño y el mediano «no están comprando, porque los precios están muy altos». Al ser preguntado por esta actividad, indica que, de forma puntual, se han realizado operaciones por encima de los 40.000 euros en labor de riego en Palma del Río, «para plantar variedades muy productivas de naranjos o nogales». Asimismo, «en El Carpio el riego bueno se ha vendido este año también a estos precios», destaca. «Hay clientes de países como Colombia que están plantando muchos nogales, almendros y olivar en espaldera, son fondos inversores», comenta. 

Además, apunta que «las dehesas buenas también han subido entre un 5% y un 10%» por la buena situación del cerdo ibérico, y señala que estas se encuentran en localidades como Villanueva de Córdoba y Cardeña.

El director de rústicas de Tecnitasa entiende que «los precios suben porque vienen inversores de fuera, porque Córdoba tiene un clima bueno y tierras productivas de bastante valor, sobre todo, las que tienen agua». También comenta que los fondos suelen buscar una extensión mínima de alrededor de 100 hectáreas y que el inversor demanda «una rentabilidad mínima». «Han venido varios fondos de fuera para invertir en Córdoba desde hace años y esto es lo que hace que la tierra suba más de lo que debe», explica Luis López Crespo. Por otra parte, manifiesta que en aquellas fincas agrarias de peor calidad los precios han podido descender en el 2022 y que las de recreo «se han parado bastante». 

Rentabilidad

En las últimas semanas, la empresa de tasación Tinsa ha presentado un informe donde indica que el suelo agrario se caracteriza por la estabilidad de su valor y cuenta con «unas tasas de rentabilidad total, excluidos impuestos y subvenciones, que se mueven entre el 4 % de los pastos y pastizales, y el 11 % de los productos de invernadero», detalla. 

En el caso concreto de Córdoba, Tinsa expone que «el olivar es el protagonista indiscutible» y subraya que «el intensivo avanza con rendimientos similares o ligeramente superiores, pero mayores rentabilidades por el ahorro en mano de obra». Asimismo, hace hincapié en que la provincia tiene «zonas muy cotizadas de frutales cítricos».

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