El cultivo más extendido en la provincia de Córdoba, el del olivar, está esta temporada atravesando uno de los peores años que se recuerdan, por la baja producción que se espera, como consecuencia de la falta de agua y las altas temperaturas que se han venido registrando en la provincia durante todo el año.

Desde las distintas organizaciones empresariales se hacen cálculos de la merma y Asaja la sitúa en la mitad, según ha señalado su presidente en Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, que estima que las pérdidas para el sector pueden rondar los 500 millones de euros. La misma estimación hace Carmen Quintero, secretaria general de COAG Córdoba en cuanto a la reducción de la producción. Además, los rendimientos, señala Fernández de Mesa, también se esperan más bajos «pues el estrés hídrico de los olivos provocó que se parara la síntesis del aceite». Quintero estima en un 65% la bajada del rendimiento. 

También, Miguel Cobos, secretario general de UPA Córdoba, se mostraba convencido de que la campaña no se aproximará, ni mucho menos, al aforo previsto por la Junta, que ya era inferior a una temporada normal, y lo situaba en 158.000 toneladas, añadiendo que las lluvias que están cayendo estos días son insignificantes para que cambie la tendencia.

La falta de agua ha reducido el tamaño del fruto, si no llueve en abundancia en los próximos días, pues en estos momentos, señala Cobos, la aceituna está arrugada y se cae, y para colmo, señala que en algunos lugares de la provincia se están dando casos de la presencia de la mosca del olivo, que también perjudica a la aceituna. Carmen Quintero recuerda al respecto que la aceituna que hay tiene, por regla general, mucho hueso y poca carne. Solo se atenúa un poco la situación en las zonas (escasas) donde se han podido regar los olivos, pero señalan desde UPA que tampoco en estos casos la producción se puede considerar normal, puesto que también la cantidad de agua asignada para los riegos ha sido mucho menor. Tampoco compensa esta disminución de producción el auge de los superintensivos, porque según apunta el secretario general de UPA Córdoba, todavía no hay en producción los suficientes olivares como para equilibrar el déficit, además de que también le ha afectado la reducción de agua para riego. Por su parte, la representante de COAG apunta que los productores de olivares nuevos están teniendo buen rendimiento pero los olivares viejos que han sufrido estrés hídrico ni tienen kilos ni tienen rendimiento, por eso muchos agricultores han decidido dejar el fruto en el árbol.

Fernández de Mesa añade que esta situación se ve agravada por la subida de los costes de producción, sobre todo los del carburante y los abonos. Esta situción, aunque ya es preocupante, lo es más de cara las campañas venideras, porque si los árboles no se recuperan «no serán capaces de cargar aceituna ante su debilidiad fisiológica».

Como contrapartida se sitúan los altos precios que se ya se están pagando por los aceites de oliva, que se acerca el litro a 5 euros. Eso, según indica Miguel Cobos, es positivo ahora porque se está pagando bien, pero en un momento dado se puede volver en contra, porque podría generar una marcha del consumo hacia otras grasas, como el aceite de girasol, «que luego costará mucho recuperar.