La cabaña de ovino se ha visto mermada en la provincia de Córdoba por dos principales razones: los elevados costes de producción, que han llevado a algunos ganaderos a prescindir de sus rebaños. y la falta de relevo generacional al comprobar los jóvenes cómo está el sector. Así lo señala Antonio Arévalo, presidente de la cooperativa Dehesas Cordobesas de Hinojosa del Duque y de EA Group.

El censo de ganado ovino en la provincia, según datos facilitados por la Junta de Andalucía, se sitúa en 609.444 ejemplares, incluyéndose 122.273 corderos -machos o hembras de hasta 12 meses de edad- y 16.959 sementales. La cifra de hembras para vida alcanza las 470.212 y, entre las que han parido, son de ordeño 8.435 y de no ordeño, 386.543. Los datos suponen una merma de la cabaña frente al censo del año anterior, donde los datos oficiales recogían 629.053 animales en total.

Antonio Arévalo destaca que en agosto del 2022 se mantenían los precios del año anterior y que su consumo en España se sitúa en apenas 1,2 kilos por habitante y año, con medio kilo en el caso de Andalucía. Por eso, la principal opción de comercialización sigue siendo la exportación a Europa y a lugares como Arabia Saudí, Jordania o Dubai. Además, empiezan a llevar cordero chuleteado a Canadá y Japón. Celebraciones de países musulmanes como el Ramadán o la Fiesta del Cordero son también claves para las ventas. Felipe Molina, ganadero y pastor trashumante de ovino extensivo, de la ganadería Las Albaidas en Córdoba, asegura que «si antes era complicado, ahora es mucho más, porque trabajamos sin obtener beneficio y en el mejor de los casos llegamos a no tener pérdidas, pero a coste cero». Explica que «el problema es que vendemos más barato de lo que cuesta producir».

Antonio Arévalo asegura que como preocupación añadida está la nueva PAC, que «parece que repercutirá negativamente». En cuanto a la lana se ha pagado menos que el año anterior, cuando hubo sobrante al cerrarse mercados como el de China.