Diario Córdoba

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las altas temperaturas también afectan a la ganadería

El calor incide en una menor producción del vacuno de leche

Los animales beben más agua y pueden comer menos por el estrés de la situación | En las granjas hay ventiladores y se procuran siempre las sombras o el baño del porcino

Las altas temperaturas también están afectando a la ganadería. RAFA SÁNCHEZ

La cabaña ganadera también sufre la ola de calor intensa y extensa que se está produciendo y que provoca que los ganaderos estén aplicando medidas para aliviar en lo que se puede la situación en un contexto además en el que prima el bienestar animal.

Los ganaderos de Los Pedroches recuerdan que como seres vivos los animales de las granjas también están expuestos a los rigores del actual episodio de altas temperaturas que están en torno a los 40 grados o más.

Miguel Arévalo, ganadero de vacuno de leche en Pozoblanco, explica que el calor provoca que las vacas «cojan estrés y beban más agua» y la producción se ve mermada «y así se puede comprobar en los tanques de leche, dónde entran menores cantidades».

Un estrés calórico también provocado por el aumento de la temperatura corporal de los bovinos.

En las explotaciones de vacuno son habituales los ventiladores en los techos de las granjas y hasta nuevos sistemas de climatización. En la ganadería de El Cruce, en el término de Añora, apuestan también por un sistema de doble techumbre para lograr una ventilación natural a la vez que coinciden en señalar que las vacas comen menos por el calor y producen menos litros de leche.

Miguel Arévalo cuenta como las vacas «no se separan mucho de las piletas de agua», procurándose siempre que existan flujos de agua para que se refresquen y señala que actualmente los horarios de ordeño, en la mayoría de los casos dos veces al día, no se suelen cambiar, aunque esto depende de cada productor.

Pedro Rubio, ganadero de porcino y vacuno de carne en Pozoblanco, explica que el ganado también requiere del agua para hacer frente a esta situación de ola de calor.

Debido a las altas temperaturas, los animales buscan refugio a la sombra de las encinas. RAFA SÁNCHEZ

En este sentido, señala que en el caso del porcino «procuramos que los cochinos se den sus baños en las charcas, algo que también les viene bien para la retirada de parásitos y se llegan a ver a algunos cerdos que se meten en el agua y solo asoman la cabeza».

En cuanto al vacuno de carne, las vacas requieren beber más agua y se sitúan cerca de los abrevaderos.

Otras escenas habituales estos días de altas temperaturas en la dehesa de Los Pedroches es ver los rebaños situados bajo las copas de las encinas «buscando el cobijo de su sombra».

Pedro Rubio hace referencia a que el ganado es sabio y también se protege del calor «prefiriendo los cerros dónde corre más el aire».

El agua, tan vital siempre para las personas y los animales, en un escenario de sequía como el actual, es un quebradero de cabeza para los ganaderos que la requieren para mantener sus explotaciones, optando incluso por llevarse a su ganado a otras fincas en las que pueda haber más agua.

El coste del agua se suma al del resto de elementos precisos en la producción ganadera que vive un momento complicado, por ejemplo, por los elevados costes de la alimentación animal, de la electricidad o de los carburantes habiéndose perdido la rentabilidad y abocando a algunos productores a cerrar sus granjas.

Pero no solo el calor afecta al ganado ya que un episodio de altas temperaturas que también se produjo en los primeros días de mayo repercutió en la producción de cereal.

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