El mercado del aceite de girasol ha sufrido «alguna distorsión puntual» a raíz de la guerra en Ucrania pero la situación actual es de «absoluta tranquilidad» y no hay riesgo de desabastecimiento, aseguran diferentes actores del sector oleícola.

El estallido del conflicto bélico detuvo la actividad en las refinerías ucranianas, desde donde España recibe unas 500.000 toneladas de aceite de girasol (el 62% del total) y pronto cundió la alarma: las botellas desaparecían de los supermercados y voces de la industria dijeron que el desabastecimiento era «inminente». Sin embargo, las cifras de los aceiteros españoles agrupados en Anierac indican que, lejos de quedarse sin existencias, en marzo envasaron 25,34 millones de litros, un 9% más que al empezar la guerra.

«Tranquilidad absoluta para el mercado. Se ha producido alguna distorsión puntual pero está perfectamente abastecido», dice el director general de la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac), Primitivo Fernández. «Nos precipitamos, hablamos con la inquietud de lo que podría ocurrir y eso provocó que los consumidores compraran a lo bestia», abunda Fernández.

Si bien el desempeño del mercado en marzo estuvo también caracterizado por la huelga del transporte de mercancías, los envasadores no se quedaron sin aceite para atender la demanda. En marzo también se puso en el mercado más aceite de oliva (32,11 millones de litros sumando todas sus variedades, un 50% más que el mes anterior), de orujo de oliva (1,8 millones de litros, +28%) y de otras grasas como la soja, que experimentó un aumento considerable, con 220.885 litros en marzo, un 256 % más que en febrero.

Los datos de Anierac responden a aceites envasados para consumo doméstico, en cocinas comunitarias y hostelería, pero no incluyen su uso en la industria agroalimentaria, que recibe el aceite a granel.

En lo que respecta a la industria, en aquellos casos en los que se ha podido sustituir el girasol por otros aceites que fuesen compatibles en sabor y características, se ha hecho, señala el director de Asociación Nacional de Empresas para el Fomento de las Oleaginosas y su Extracción (Afoex), Jorge de Saja.

¿Por qué no ha faltado?

Las razones que explican que no se haya producido un desabastecimiento son variadas, desde que Ucrania ha vuelto a vender aceite de girasol, «aunque muy poco, porque tienen muchas dificultades», según afirma Fernández, hasta que se ha importado desde otros orígenes, sumado al mayor uso que se ha hecho de otros aceites, como demuestran los datos de envasado, apunta De Saja. El representante de Afoex afirma que «no tendría que haber desabastecimiento en el segundo semestre del 2022», pero que «el primer semestre del 2023 es una incógnita y dependerá de lo que se pueda plantar en Ucrania este año».

Cooperativas Agroalimentarias y las organizaciones Asaja, COAG y UPA han señalado que, si bien no ha llegado a faltar aceite de girasol, sí se ha encarecido mucho su precio, empujando también al alza el de otros aceites. El 27 de febrero el precio de salida en las refinadoras del aceite de girasol refinado estaba en 150 euros los 100 kilos, mientras que el 8 de mayo su precio estaba en 274, según datos del Ministerio. El conjunto de los aceites de oliva también experimentó alzas, pero los precios han comenzado a bajar ligeramente.