Solo faltaba una guerra para generar más incertidumbre en los mercados agrícolas y en los insumos necesarios para la producción agroganadera. El campo cordobés viene sufriendo las consecuencias de una sequía que está teniendo incidencia en el desarrollo vegetativo de los cereales de invierno y que cuestiona el futuro de otros cultivos como los ajos. A esto hay que añadir los efectos del agostamiento de los pastos y el incremento de costes provocados por la necesidad de aportar alimentación suplementaria al ganado. Y nadie olvida el fuerte incremento que se ha registrado en los carburantes y en la energía eléctrica, mientras que los precios que está recibiendo el agricultor se quedan lejos en algunos cultivos de los costes de producción. A todos estos factores hay que unir ahora la invasión de Ucrania por tropas rusas, que tiene para Córdoba más consecuencias de las que se pudiera pensar. 

Nadie puede obviar la incidencia que tendrá en los mercados agrarios la invasión rusa pues Ucrania se considera el «granero» de Europa por sus exportaciones de cereales (trigo y maíz, fundamentalmente), además de ser el principal productor de semillas, harinas y aceite de girasol del mundo. 

La superficie agrícola de Ucrania se extiende sobre 41,5 millones de hectáreas, es decir, el 70% de su superficie total, muy superior a la de España, que cuenta con una superficie agraria útil de unos 23 millones de hectáreas, de las que 17 millones son tierra de cultivo. Asimismo, con el gas y el petróleo de Ucrania se producen abonos y fertilizantes para todo el continente europeo.

Córdoba importa de Ucrania nueces, semillas de girasol, botellas de vidrio o caracoles

Los efectos colaterales en Córdoba ya se están observando con la subida que se ha registrado de los carburantes y de cereales como el maíz o el trigo. A esto hay que unir la incidencia de la paralización de las relaciones comerciales con Ucrania y con Rusia. Solo hay que analizar el último año para constatar que el campo cordobés pierde mucho. En el caso de Ucrania, las empresas cordobesas exportaron durante el 2021 productos agroalimentarios por valor de 5,4 millones de euros, después de crecer un 35,8% respecto al 2020. Lo que más exporta Córdoba a Ucrania son semillas (3,07 millones de euros), conservas vegetales (1,5 millones), chorizo y otros productos curados (623.930 euros), maquinaria agrícola (603.520 euros) y otros preparados y conservas cárnicas (168.070). Productos agroalimentarios es lo que más exporta Córdoba a Ucrania, superando a los productos industriales y tecnología (1,02 millones). Desglosando estas exportaciones, lo que más se exportó a Ucrania fueron semillas de girasol (3,07 millones), aceituna de mesa (1,5 millones) y máquinas y aparatos para la recolección (592.980 euros). Estas exportaciones de productos agroalimentarios las realizaron ocho empresas de la provincia.

Las importaciones procedentes de Ucrania ascendieron a 503.100 euros tras elevarse un 243,5% respecto al 2020. Lo que más se adquirió fueron nueces, por valor de 243.920 euros, y semillas de girasol, por 141.710 euros. Por cierto, de Ucrania también llegaron caracoles, con una factura de 44.720 euros. Además, empresas cordobesas destinaron 757.860 euros para la compra de botellas y frascos de vidrio.

En el caso de la relación comercial con Rusia, las ventas son ligeramente superiores a las de Ucrania, aunque hay que tener en cuenta que ya existían limitaciones tras la invasión de Crimea. Durante el 2021 las exportaciones agroalimentarias de Córdoba llegaron a 6,31 millones de euros, destacando los productos relacionados con el cultivo del olivar. Así, lo que más vendieron las firmas cordobesas fueron aceitunas, por 3,54 millones de euros, seguido de aceite de oliva (1,38 millones), otros aceites vegetales (730.140 euros) y semillas (683.000). Por el contrario, Córdoba no importó ningún producto agrario de Rusia en el 2021. El pasado ejercicio hubo diez empresas agroalimentarias de la provincia que mantuvieron relación comercial con Rusia.