El cultivo del olivar juega un papel primordial en la provincia de Córdoba tanto por su valor económico como por su trascendencia social. Y esta importancia ha sido creciente en la última década, aunque los bajos precios hayan implicado una pérdida de rentabilidad, al menos, en el caso del olivar tradicional.

Los precios, claro está, no son la única cuestión que marca la realidad del cultivo más importante de la provincia. Dispersión, riego, desajuste de oferta y demanda, almacenamiento, competencia de países extracomunitarios, normativa de calidad, Política Agraria Común... el sector olivarero enfrenta no pocos retos en un momento de gran incertidumbre internacional justo cuando se revertían los aranceles de Estados Unidos a los productos españoles.

Puede que la rentabilidad del olivar merma por las fluctuaciones del mercado, pero la superficie dedicada al mismo sigue incrementándose año tras año. Según datos de la Delegación Territorial de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Sostenible en Córdoba, la provincia contaba en 2020 con 371.311 hectáreas dedicadas al cultivo de la aceituna, de las cuales 317.392 son de secano, lo que representa el 85,48% de la superficie de olivar de la provincia. Este año, la Junta contabiliza 373.200 hectáreas, 1.889 más que en el ejercicio anterior. El incremento ha favorecido al olivar de riego, que suma 1.032 hectáreas frente a las 857 que añade el secano.

La segunda provincia andaluza en superficie de olivar

La Encuesta sobre Superficies y Rendimientos (Esyrce) del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) indica que, en 2020, Andalucía contaba con 1.662.801 hectáreas de olivar. Córdoba, tras Jaén (con 593.196), es la provincia andaluza con mayor superficie dedicada al olivo. Juntas representan más del 58% de la tierra dedicada a este leñoso en la comunidad autónoma.

A pesar de ser la segunda provincia en importancia, Córdoba se sitúa entre las que tienen menos porcentaje de olivar en riego de Andalucía -menos del 15%-. De hecho, el agua, o mejor dicho, la falta de ella, es uno de los principales retos que afronta el sector. Aunque Córdoba cuenta con suficientes infraestructuras, es evidente la infradotación de regadío.

"Córdoba se sitúa entre las que tienen menos porcentaje de olivar en riego de Andalucía"

Asaja ha pedido que se usen los fondos europeos Next Generation para solventar las demandas históricas de regadío. En este sentido, su presidente, Ignacio Fernández de Mesa, señala que lo primero es finalizar la zona regable del Genil-Cabra e iniciar los estudios para ampliarla a la margen derecha en Puente Genil. Además de ello, "estos fondos también son una gran oportunidad para modernizar los riegos con toma directa del Guadalquivir", añade.

En Córdoba, según datos de la Consejería de Agricultura, desde los años 90 se han dejado de usar o no se han asignado 228 hectómetros cúbicos de dotaciones previstas en el Plan Hidrológico, mientras que en otras provincias se han ido incrementando los regadíos. Esos 228 hectómetros cúbicos darían para poner 150.000 hectáreas de olivar en riego, "lo cual supondría mucho empleo y riqueza", remarca el presidente de Asaja, que también critica "las trabas a la construcción de balsas y microembalses, en muchos casos por la falta de coordinación entre la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y las consejerías que han tenido o tienen estas competencias".

La primera en olivar ecológico

Ajeno al problema del agua parece estar el olivar ecológico. El avance de estadísticas de la producción ecológica 2020 de la Consejería de Agricultura recoge que la provincia de Córdoba dispone de 29.977,95 hectáreas de ecológico, lo que la convierte en la provincia de Andalucía con mayor tierra dedicada al olivo ecológico. El aumento de superficie ecológica de olivar es sustancial. Según la mencionada estadística, de 2019 a 2020 el incremento ha sido de 3.189,73 hectáreas.

Las 189 almazaras existentes en la provincia molturaron la pasada campaña 1.557.088 toneladas de aceitunas, una cantidad que equivale al 25,5% de la producción andaluza, que llegó a las 6,1 millones de toneladas -el 80,32% de la producción de aceituna de toda España-. Por otra parte, el informe mensual de la situación de mercado del sector del aceite de oliva y la aceituna de mesa de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) registra que la pasada campaña concluyó con una producción de 266.938,1 toneladas de aceite, lo que implica un aumento de más del 35% en relación con la campaña anterior.

Producción y precios

Sin embargo, la previsión de la Junta para la presente campaña recogida en el aforo de producción de olivar en Andalucía apunta en la dirección contraria y estima que la producción se reducirá hasta 1.341.000 toneladas de aceituna para almazara y 254.000 toneladas de aceite de oliva, con un rendimiento graso del 18,9%. Estas cifras suponen una reducción del 4,8% respecto a la producción final de la campaña 2020/2021 y un 6,2% menos que la media de las últimas cinco campañas.

Extracción de aceite de una almazara de la comarca de Priego. R.C.C.

Si la producción se espera menor, los precios, sin embargo, han experimentando un incremento que ha permitido compensar esa menor producción. En la campaña 2020/21 el precio medio del aceite de oliva se situó en 2,83 euros por kilo, si bien en la provincia alcanzó un precio algo menor, de 2,77 euros/kg. Fue el virgen extra el que obtuvo un mejor precio medio, en concreto, 2,92, lo que representa un 39% más que en la campaña precedente. Y los precios han seguido escalando. En lo que llevamos de la presente campaña, el precio medio se ha colocado en tres euros por kilo.

El precio del aceite en origen puede tener una repercusión negativa en las exportaciones aunque, según el aforo del aceite para esta campaña, a nivel mundial, la fuerte demanda prevista por la recuperación económica posterior al covid-19 debería conducir a un aumento de las exportaciones. Córdoba vendió en la pasada campaña 284.530 toneladas, un 15,7% más que en el ejercicio anterior (la cifra supera la producción por las reservas de 32.986 toneladas existentes al inicio de la campaña).