De las siete denominaciones de origen protegido (DOP) reconocidas en la provincia, cuatro amparan aceites de oliva virgen extra (AOVE) producidos en las tierras cordobesas, lo que convierte a Córdoba en la provincia española con más DOP de aceite, incluso por delante de la provincia más olivarera del país, Jaén, que tiene reconocidas tres DOP y una Indicación Geográfica Protegida (IGP) -que en 2020 no registró actividad-. Estas cuatro denominaciones dan idea de la relevancia de este cultivo en la provincia, pero también de la destacada apuesta por la calidad de los zumos de aceituna de Córdoba.

¿Qué es una DOP?

La principal función de las denominaciones de origen es garantizar la procedencia y calidad de los productos que protegen, que tienen cualidades diferenciales debido a su elaboración, a su crianza, etcétera. De ahí que no todo el aceite que se produce en la provincia cuente con el sello de calidad de una DOP.

Bajo los nombres de Aceites de Lucena, Baena, Montoro-Adamuz y Priego de Córdoba queda amparada la producción de aceite de una treintena de municipios de la provincia. El 66,36% de las 373.200 hectáreas dedicadas al cultivo del olivar en Córdoba están protegidas bajo el paraguas de las cuatro denominaciones de origen, cuyo aceite es el que aporta más ingresos a la agricultura protegida de Córdoba.

Así, en 2020, según el informe sobre las denominaciones de origen protegidas, indicaciones geográficas protegidas y especialidades tradicionales garantizadas (ETG) de productos agroalimentarios de 2020 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), el valor del aceite amparado cordobés llegó a 49,61 millones de euros, lo que representa el 34% del total de los vírgenes extra españoles, que fue de 145,49 millones de euros.

Las cuatro DOP de Córdoba

De esos casi 50 millones que supusieron las ventas de aceites certificados cordobeses, 31,17 correspondieron a la DOP Baena, que volvía a ser la denominación de aceite con mayor volumen económico de las 31 recogidas por el MAPA. De esta forma, Baena aportó el 21,4% de todo el valor económico del aceite español con DOP. Muy cerca de Baena se sitúa la denominación catalana de Siurana, con 30,07 millones de valor y, en tercer lugar, Priego de Córdoba, que registró una mejora de los ingresos al pasar de 14,71 millones en 2019 a 16,53 millones el pasado año.

Una mujer participa de una cata dirigida de aceite. Rafa Cobo

En el caso de Lucena, este distintivo también mejoró sus ingresos en 2020 al facturar 1,91 millones de euros (0,17 millones en 2019). Por otro lado, el Ministerio de Agricultura recoge que la de Montoro-Adamuz no certificó producción en el año 2020, aunque la propia denominación de origen informa a este periódico que la pasada campaña produjo unos 10 millones de kilos de aceite de oliva.

Valor de negocio

La mayor parte del aceite certificado por las cuatro DOP cordobesas se vendió dentro del territorio nacional. El citado informe apunta que, en el caso de Baena, de las 6.494 toneladas comercializadas, 2.888 se quedaron en España. Lucena vendió 232 de las 372 toneladas certificadas en el país y Priego de Córdoba comercializó a nivel nacional 1.005 de las 1.576 toneladas de aceite certificadas.

Las denominaciones no solo certifican el origen, los métodos de producción y la calidad de los productos que amparan, en este caso, el aceite de oliva virgen extra. Junto a la labor de control y certificación, las DOP ejercen una importante y fundamental labor de promoción de los valores que distinguen los productos protegidos de otros similares que no cuentan con las características que le proporcionan el marchamo de calidad que los hace únicos.

"Las DOP ejercen una importante y fundamental labor de promoción de los valores que distinguen los productos protegidos"

Para ello, a lo largo del año desarrollan distintas actividades desde catas, concursos, muestras, participación en feria agroalimentarias y otras acciones. En los últimos años han proliferado las ferias de aceite fresco que muestran los primeros productos de la campaña y que cuentan con el respaldo de las denominaciones.

Junto a la labor de promoción, otra de las funciones de las DOP está relacionada con la investigación y la formación de los productores para una mejora continua de la producción. En este sentido, las DOP colaboran con distintas entidades públicas y privadas en la mejora de los cultivos y la producción y colaboran en la formación continúa de los productores y en la información sobre las novedades que afectan al sector.