La zona Montilla-Moriles ha alcanzado un nuevo mínimo histórico en su superficie de viñedo, a causa, fundamentalmente, de la falta de relevo generacional y de las vicisitudes por las que viene atravesando el sector del vino, agravadas por la pandemia del coronavirus. De este modo, la tendencia a la baja que se arrastra desde hace varias décadas sitúa en torno a 4.700 las hectáreas cultivadas de vid en el marco vitivinícola cordobés.

«La caída en la superficie de viñedos es una realidad con la que tenemos que seguir luchando», reconoció Enrique Garrido, gerente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles, quien aseguró que esta tarea «no es fácil» por dos cuestiones: por un lado, la falta de relevo generacional entre los propios viticultores; y, por otro, la búsqueda de otras alternativas más rentables a la viña que siguen favoreciendo el arranque de plantas.

De este modo, no solo se ha reducido la superficie de viñedo en más de un 75 por ciento en las últimas cuatro décadas, pasando de las 19.000 hectáreas que se computaban a principios de los años ochenta a las 4.700 actuales, sino que también desciende el número de viticultores, pasando de los 2.281 que se registraban en el año 2012 a los 1.750 viticultores de la pasada campaña.

El consejo regulador hace de intermediario con la Administración

Por todo ello, desde el Consejo Regulador insisten en la necesidad de «agilizar los trámites necesarios» para optar a las ayudas de los planes de reestructuración y que, de este modo, «la plantación de nuevos viñedos resulte interesante». 

«En los últimos dos años, el propio consejo regulador ha realizado labores de intermediación entre la Administración y los viticultores para agilizar la resolución de ayudas», recordó Enrique Garrido, quien advirtió que «si no se favorece toda la tramitación, finalmente el agricultor buscará alternativas más rentables, bien en otros cultivos o en otro tipo de proyectos».

La mayor parte de los viñedos del marco Montilla-Moriles se siguen concentrando en el término municipal de Montilla, donde se contabilizan cerca de 1.800 hectáreas de vid, lo que representa el 38 por ciento de la superficie total de la DOP. Le siguen Aguilar de la Frontera, con 780 hectáreas; Moriles, con 390; Montemayor, con 350 hectáreas; y Cabra, con 330. Por su parte, la presencia de viñedo es testimonial en localidades como Fernán Núñez, Espejo y Doña Mencía.

En la actualidad, la DOP Montilla-Moriles engloba 18 municipios. De este modo, las localidades que conforman la Zona de Producción son Montilla, Moriles, Doña Mencía, Montalbán, Monturque, Nueva Carteya y Puente Genil, así como parte de los términos municipales de Aguilar de la Frontera, Baena, Cabra, Castro del Río, Espejo, Fernán-Núñez, La Rambla, Lucena, Montemayor y Santaella. La zona de crianza se completa, además, con el núcleo urbano de Córdoba capital.

Un estudio técnico relaciona la constante reducción de patrimonio vitícola con el cambio climático

La falta de rentabilidad del cultivo a causa de la continua devaluación del precio de la uva, unida al descenso del consumo del vino, han causado la desmoralización de un sector que, como en otros puntos de España, ha apostado por el arranque de cepas o por el cambio de cultivo, en este caso a favor del olivar, prácticas animadas por las ayudas europeas.

Con todo, un estudio publicado en el 2018 por el portal Misumiller.es vinculaba directamente la evolución del mapa del viñedo en España en los últimos cuarenta años –que ha experimentado una «clara tendencia a desplazarse hacia el norte»–, con factores climatológicos, ya que, a juicio de los autores de este estudio, «el clima juega el papel más determinante y difícil de controlar en la elaboración de un vino».

"Las estaciones de primavera y verano cada vez son más secas y calurosas en España y, por ello, el viñedo, que está tan íntimamente vinculado al ritmo de las estaciones y a la evolución de las temperaturas, está actuando a su vez como uno de los mejores bioindicadores del cambio climático en la agricultura», indicaban.