Más operaciones y mejoría de los precios. Tras el frenazo que se produjo durante el pasado año en la venta de fincas rústicas, que venía a continuar la tendencia de reducción de operaciones iniciada en 2018, en los primeros ocho meses del 2021 se ha registrado un importante incremento de las ventas de explotaciones en Córdoba hasta situarse en los niveles de 2015. Se compran fincas de secano para olivar superintensivo, pero también se hacen operaciones a muy buen precio de regadío en la Vega del Guadalquivir. A este cambio de tendencia hay que unir también un invitado que ha llegado para quedarse a tenor de lo que piensan los agentes de la propiedad inmobiliaria y tasadores. De unos años para acá los fondos de inversión han puesto sus ojos en las buenas fincas que hay en la provincia de Córdoba para adquirirlas, plantar olivar o almendro (fundamentalmente) y proceder después a su venta por las plusvalías que se están obteniendo. La tierra sigue siendo un valor de garantía al que cualquier tenedor de dinero siempre mira. Y eso que corren tiempos de incertidumbre aún por la pandemia del covid, pero también por la sequía y las dudas que crea el cambio del marco de ayudas comunitario, que provocaron un descenso de precios acumulado del 9% entre 2019 y 2020.En los primeros ocho meses del año se han vendido en la provincia de Córdoba 1.901 fincas rústicas, un 22,5% más que en el mismo periodo del 2020, aunque por debajo de las 2.000 registradas entre enero y agosto del 2019. Precisamente, hoy dará a conocer el Instituto Nacional de Estadística (INE) la evolución a septiembre de las operaciones realizadas.

En el cómputo anual de transmisión de fincas rústicas, durante el pasado año se vendieron 2.193 en Córdoba, una cifra inferior a las 2.845 del 2019, las 3.066 del 2018 o las 3.165 del 2017.

Pero la realidad ha cambiado en 2021. «La entrada de fondos de inversión está haciendo que aumenten los precios por el interés en comprar tierra en Córdoba», asegura Luis López-Crespo Delgado, delegado nacional de fincas rústicas de Tecnitasa. «El precio está subiendo bastante, sobre todo en fincas sin pendiente para cultivar olivos superintensivos en secano, pero también de regadío, que hace que en la zona de Palma de Río no baje la hectárea de 40.000 euros», explica López-Crespo. La mejoría de precios se está trasladando también a la dehesa, que se compra por menos de 8.000 euros la hectárea en municipios como Cardeña, avanza el tasador cordobés. Sí ha habido descensos durante este año en las fincas de recreo o caza, que se sitúan en unos 4.000 euros, cuando se llegó a pagar hasta 8.000 euros. Asunción Tarifa, agente de la propiedad inmobiliaria y tasadora de fincas, advierte también el repunte que se está observando en los precios y en las ventas de fincas, sobre todo para cultivo de almendro y olivar. «Desde febrero hay un cambio de tendencia, los inversores se están moviendo pidiendo tierra calma para plantar leñosos», explica Tarifa. A esto hay que unir también, como decía López-Crespo, la entrada de fondos de inversión que «buscan propiedades de grandes extensiones de tierra». Precisamente, fondos de inversión están llegando a Andalucía buscando también fincas para instalar plantas de hidrógeno, como ha sucedido con otras energías renovables.

Evolución de precios

La Consejería de Agricultura publicó la semana pasada el informe definitivo de la encuesta de precios de la tierra. Con datos hasta 2020, el valor medio de la hectárea en la provincia se sitúa en 18.201 euros, un 3,3% menos que en el 2019, cuando también descendieron los precios un 5,9%. El valor más alto en el último lustro corresponde al 2018, ejercicio en el que la hectárea se pagaba a un precio medio de 19.993 euros. Durante el año 2020 se registraron descensos en la provincia de Córdoba de manera generalizada, aumentando solo en la tierra de labor de secano (+1,2%) y en el naranjo en regadío (+4%). Se redujeron las cotizaciones en el olivar de secano (-5,8%), viñedo (-3%) y olivar de regadío (-2,5%). La Consejería de Agricultura destaca en su informe que la tierra con más valor corresponde al cultivo de naranjo, con una media de 40.008 euros por hectárea, y el olivar en riego, a 34.820 euros. El viñedo llega a 32.632 euros y el olivar de secano, a 27.194. La tierra de labor en regadío cotiza a una media de 27.300 euros, la de labor en secano se sitúa en 10.987 y los pastizales, en 5.631.