Entre las más de 7.000 actuaciones desarrolladas por el Seprona en la provincia de Córdoba, hay algunas que, por su singularidad, llaman la atención.

Una de ellas es el esclarecimiento de un delito de expolio en la Cañada del Hornillo, en Carcabuey, donde se recuperaron cinco rocas fósiles y se investigó a la persona que las tenía. También se han esclarecido varios delitos relacionados con el patrimonio arqueológico, al detectarse el intento de venta de piezas por internet.

Otro caso llamativo se refiere a la intervención cautelar de productos cárnicos en Pozoblanco, porque carecían de las exigencias de calidad alimentaria. En total se intervinieron 1.190 kilos de jamones y paletillas, 211 kilos de carne y 413 envases de embutidos loncheados.

En Lucena se investigó y aclaró un caso de envenenamiento de perros. Al localizar al presunto autor se le incautaron 268 gramos de un producto llamado Aldicard, 384 de metiocard suflóxido, además de 236 medios de captura prohibidos (costillas, cepos y lazos).

Uno de los casos más curiosos es el que se resolvió en Rute, cuando se acabó investigando a tres personas como presuntas autoras de la muerte de una colonia de murciélagos montañeros, al haber taponado, con una obra, la salida y entrada de estos animales al lugar que habitaban. El murciélago montañero es una especie protegida catalogada de interés especial.

Pero una de las acciones que más actividad requiere es la investigación de los incendios forestales. Uno de estos ejemplos fue el fuego que arrasó 19,54 hectáreas en Baena. Tras una larga investigación, los agentes del Seprona lograron identificar al responsable. H