Desde hace 25 años se celebra el primer fin de semana de octubre el Día de las Aves. Por todo el territorio nacional tienen lugar actividades y talleres organizadas por oenegés y administraciones donde el foco de atención es este grupo. Las aves pasan por ser un buen bioindicador del estado de salud de los ecosistemas.

Con el objeto de satisfacer nuestras necesidades hemos intervenido en nuestro planeta y causado graves problemas y la extinción de las especies animales es un ejemplo. El problema viene dado, no por la propia extinción en sí, porque siempre se han extinguido especies, sino por el ritmo, la velocidad con la que se produce esta extinción nunca ha sido conocida en la Tierra, proceso que se ha denominado la «sexta extinción» y que también nos amenaza. 

Cada vez es más recurrente oír hablar de servicios ecosistémicos. Este concepto fue acuñado en los años sesenta por los movimientos ambientalistas, donde se puso de manifiesto la insuficiente capacidad del planeta para abastecer las necesidades humanas. Son las condiciones y procesos a través de los cuales los ecosistemas naturales y las especies que los conforman sostienen y nutren a la vida humana. Una definición más entendible fue recogida en 2005 en el Millennium Ecosystem Assesment: «Todos los beneficios que las poblaciones humanas obtienen de los ecosistemas».

De los más reconocidos

Uno de los servicios más reconocidos con carácter global es el que realizan las especies necrófagas al consumir los cadáveres de animales. En este caso limpian el campo de posibles contaminaciones de las aguas y extensión de enfermedades transmisibles. Los buitres tienen tanta eficiencia que en media hora hacen desaparecer cualquier tipo de cadáver, antes incluso de que lleguen animales más generalistas como los zorros y los jabalíes. Es un servicio impagable que desgraciadamente hemos perdido en parte con la prohibición de dejar los cadáveres de algunas especies ganaderas en el campo y enviarlas para su cremación. Debemos repensar lo que hacemos porque tenemos a los mejores limpiadores sin coste alguno y sin vertido a la atmósfera de CO2 originado por su transporte y cremación.

Placa que recuerda la importancia de las aves.

En el grupo de las rapaces cazadoras podemos pensar en el control que realizan sobre insectos y roedores como ratas, ratones y lirones. Cuando escasean éstas se disparan las poblaciones dañando la agricultura. Se ha citado que la escasez de azores y críalos disparan las poblaciones de urracas al ser menos predados o parasitadas.

Muchas especies de aves se han especializado en el consumo de insectos voladores como los vencejos, aviones y golondrinas. Estas aves insectívoras se alimentan de gran cantidad de moscas, mosquitos y pulgones, entre otros, y favorecen un entorno más saludable entre nosotros. Cada ave nos libra de varios centenares de miles de pequeños insectos.

En los sistemas agrícolas y forestales otra gran cohorte de aves, fundamentalmente los paseriformes, se alimenta también de insectos librándonos de plagas. Las especies granívoras sacan adelante a sus crías también con insectos. Investigadores en Asturias han demostrado que las aves son capaces de reducir la cantidad de artrópodos sobre el manzano en más de un 80%. En el caso de algunas plagas como el pulgón ceniciento, las aves disminuyen la tasa de daño sobre el manzano en casi un 70%. 

Cuando una población de aves insectívoras baja de forma notable es un indicador de que el ecosistema no funciona bien y cada vez se recurre a incrementar la utilización de insecticidas y se entra en una espiral en la que disminuyen las aves y se incrementan los productos.

A la larga es una forma de poner en juego la salud humana. Esto fue advertido hace años por los servicios forestales y en las repoblaciones jóvenes que no poseían arboles viejos con oquedades favorecían la nidificación de aves insectívoras con cajas-nido.

En la literatura

En la literatura científica abundan los ejemplos de coevolución de aves y plantas. Muchas semillas necesitan pasar por el tubo digestivo para poder germinar. Este hecho juega un importante papel en la restauración de ecosistemas alterados, en la conservación y en la expansión de las masas forestales. La abundancia de aves que se alimentan de frutos es un buen indicador del proceso de dispersión de semillas de árboles y arbustos a lo largo del paisaje.

Es un buen momento para reflexionar sobre estos servicios ecosistémicos y lo que ocurriría si desaparecieran algunos grupos o especies de aves.