Hubo suerte en el tramo final de la campaña del ajo, ya que aunque la provincia registró precipitaciones, en algunos casos hasta con granizo, éstas no cayeron en las localidades productoras de este cultivo, ubicadas en la zona de la Campiña. Así lo explica el presidente de la sectorial de Asaja Córdoba, Miguel del Pino, al hacer balance del ejercicio que concluyó el pasado verano. El representante de esta organización resalta, por tanto, la «gran calidad» que ha tenido, en gran medida por la citada «ausencia de lluvia a la hora de sacarlo de campo». El ajo cordobés ha vuelto a viajar al extranjero y a mantener su buen cartel. Conviene recordar, en este sentido, que entre el 80 y el 90% de la producción se destina a la exportación, teniendo a Francia, Italia, Alemania e Inglaterra como destinos principales, además de llegar a Estados Unidos y Canadá y, en África, a Marruecos, en este caso el ajo rojo de pequeño calibre. La calidad del ajo de la provincia de Córdoba, circunscrito sobre todo a la Campiña Sur, ha estado este año por encima de la de otros puntos de la geografía de España, donde tuvieron peor suerte como consecuencia de las lluvias, que estropearon parte de la cosecha. «Los compradores lo saben y prefieren el de Córdoba», explica Del Pino.

Tanto COAG como UPA son unánimes a la hora de evaluar la «magnífica calidad» de la cosecha del ajo. La secretaria provincial de COAG, Carmen Quintero, sin embargo, es crítica al decir que «llevamos más de tres campañas sin cubrir costes de producción», mientras que el secretario general de UPA Andalucía, Miguel Cobos, explica que «el precio ha sido razonable, pero han subido los costes de producción, incluso más que el precio del ajo». El doble rasero de las lluvias encuentra su explicación en la previsión de la próxima campaña -ya en marcha-, ya que la falta de agua podría revertir los datos de este año y plantear, incluso, la búsqueda de otras zonas de siembra. «Esperemos que tengamos un otoño lluvioso para que se llenen los pantanos y los acuíferos y se vuelva a la normalidad», señala.