La empresa cordobesa De Prado continúa su expansión internacional al construir una nueva almazara en Portugal que será una de las mayores del mundo. El grupo agroalimentario ha iniciado la edificación de esta industria en la localidad portuguesa de Vendinha, rodeada de un núcleo de fincas propias que se extienden sobre 4.800 hectáreas y que han sido plantadas de olivar superintensivo tras adquirirlas en los dos últimos años. Estas explotaciones tendrán una producción de unos 67 millones de kilos de aceituna al año, que se molturarán en la nueva almazara junto a la aceituna de las fincas que tiene De Prado en Évora, Avis y Extremadura, superando «ampliamente» los 100 millones de kilos. De esta manera, cada día prevé molturar tres millones de kilos de aceituna en primera extracción, con líneas de 500 toneladas al día. «Será una de las fábricas de aceite más grandes del mundo», afirma José Luis Prado, presidente del Grupo De Prado.

La empresa cordobesa, que inició su andadura en el sector olivarero en Baena en 1831, ha confirmado que destinará unos 13 millones de euros a una planta de «última generación» que contará con 55.000 metros cuadrados urbanizados, de lo que 12.000 construirá en una primera fase. «La automatización será clave pues está todo controlado e integrado en un único diseño puntero de transformación digital», explica el presidente de la empresa. «Todo ello se tendrá en cuenta para los diferentes aspectos pasando por la sensorética para optimizar el control de la maquinaria, la gestión y control de la recepción de la aceituna, así como todo el proceso de molienda y extracción hasta la conservación en la bodega», añade José Luis de Prado.

Además, la firma prevé que la almazara cuente con un sistema de control y gestión de la producción Manufacturing Execution Syste (MES), un software diseñado para organizar, controlar y monitorizar todo el proceso en las fábricas, «desde la gestión de la producción desde las líneas de limpieza y descarga de la aceituna hasta los depósitos de producto finalizado», precisa De Prado.

En la planta se incluye una bodega que contará con una capacidad inicial para 6.000 toneladas de aceite, que se incrementarán posteriormente hasta las 14.000 toneladas. Esta instalación también estará completamente automatizada con sistema de control de temperatura y depósitos inertizados, manteniendo la máxima calidad del AOVE producido.

Olivar, pero también almendra

La empresa agroalimentaria, vinculada tradicionalmente al olivar, centra su negocio en tres líneas de negocio: aceite, aceituna de mesa y almendro. Al cierre del 2020, la firma contaba con 17.400 hectáreas, de las que 9.200 pertenecían a olivar de almazara, 1.800 a aceituna de mesa y 6.400 a almendro. Junto a las cuatro almazaras, dispone de dos industrias de almendra, una planta de envasado de aceite y una entamadora. Asimismo, De Prado está asociada con la cooperativa Dcoop para el envasado de la aceituna de mesa. A través de su actividad genera empleo para más de 530 trabajadores en los cuatro países en los que está implantada la empresa. El pasado año cerró el ejercicio con una facturación de 145 millones de euros.

Tradición unida a innovación

En el grupo alimentario cordobés se unen dos familias de gran tradición agraria en Baena: los Ruiz Santaella y los Prado. Ya en 1831, la familia cultivaba olivos, cereales y viñas y criaba ganado ovino en Baena. En 1912, el aceite de oliva de la familia De Prado fue reconocido por su calidad en Chicago. La historia agraria de Córdoba, precisamente, hay que entenderla unida al abuelo materno de la actual generación empresarial, José Ruiz Santaella. Así, el investigador y profesor fue el director fundador de la Escuela de Agrónomos de Córdoba, hoy Etsiam. En Ruiz Santaella hay que reconocer también que fue nombrado, junto a su esposa, Justo entre las Naciones por proteger a una familia judía en la Alemania nazi.

Presentes en cuatro países

El Grupo De Prado tiene presencia en España, Portugal, Chile y Estados Unidos. Con la planta que está construyendo en Vendinha contará con cuatro situadas en Beja (Portugal), California y Chile. Una de las bases de la firma cordobesa ha sido la internacionalización de sus producciones para tratar de diversificar, pero también buscando superficies que tengan disponibilidad de riego, puesto que sus producciones asumen los más modernos sistemas de producción intensiva y superintensiva para obtener la máxima rentabilidad económica. Esto es lo que le ha permitido expandirse rápidamente en los últimos años. En la actualidad, es una de las empresas familiares con mayor extensión de olivar.