La Fundación Savia, una entidad que trabaja «para el desarrollo y la defensa del mundo rural», ha visitado el viñedo ecológico de Bodegas Robles en el paraje de Villargallegos, a las afueras de Santaella, para conocer el proceso de la vendimia ecológica y sus beneficios en la lucha contra el cambio climático.

La jornada, en la que los asistentes pudieron participar tanto del proceso de recolección de la uva como del asoleo en la pasera, que hace posible la pasificación de las uvas destinadas a la elaboración del vino dulce Pedro Ximénez, sirvió para analizar los efectos que el cambio climático está provocando en la vendimia del marco Montilla-Moriles, especialmente afectado por la falta de precipitaciones y las olas de calor.

En este sentido, el gerente de Bodegas Robles, Francisco Robles, destacó la importancia de la cubierta vegetal, presente en su viñedo ecológico, y que representa «la primera línea de defensa contra el cambio climático».

«Durante esta vendimia, la deshidratación de la uva se ha producido a los cuatro días de su extensión en las paseras, cuando lo habitual solían ser de siete a diez días», apuntó el responsable de Bodegas Robles, quien aseguró que los efectos del cambio climático «cada vez son más evidentes», dado que la mayoría de los viñedos son de secano.

Por ello, Bodegas Robles desarrolla desde hace años una cubierta vegetal de especies silvestres autóctonas en su viñedo de Villargallegos que aporta nutrientes a la vid de forma natural, a la vez que protege el suelo de la erosión.

Asimismo, a largo plazo, aumenta notablemente la fijación de dióxido de carbono, que se traduce en un aumento de los niveles de carbono orgánico del suelo y una reducción de las emisiones a la atmósfera.

«La fertilidad del suelo no se compra: la construimos cada año», subrayó Francisco Robles sobre su apuesta por la agricultura regenerativa, que «repone los nutrientes, capta el agua y abona el suelo».

Por su parte, el presidente de la Fundación Savia, Francisco Casero, agradeció la apuesta de Robles por la producción ecológica, así como su compromiso por la calidad y por la búsqueda de nuevos productos a través de la investigación y de la innovación.

«Apostar por la sostenibilidad aplicada al viñedo fue todo un reto y hoy podemos decir, sin temor a equivocarnos, que fue un acierto, tanto por la evolución de este sector a nivel mundial, como por la calidad de los vinos obtenidos con estos métodos de trabajo», concluyó Francisco Robles.