La recolección mecánica de las primeras variedades de uva blanca, ideales para la elaboración de vinos jóvenes sin crianza, marcó ayer el inicio de la vendimia 2021, la más temprana de la Europa continental, que este año comienza en fechas muy similares a la anterior campaña.

Las máquinas cosechadoras comenzaron a trabajar en la Sierra de Montilla, unos terrenos excepcionales para el cultivo de la vid y que forman parte de la Zona de Calidad Superior de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles.

El presidente de la Sectorial de la Viña de Asaja Córdoba, Juan Manuel Centella, aseguró que el sector prevé una «muy buena calidad del fruto, al haber tenido un clima benévolo en primavera y altas temperaturas en estas últimas semanas de verano, que han propiciado una buena y adelantada maduración de la uva».

Con todo, la producción esperada, tal y como adelantó CÓRDOBA, sufrirá una merma en torno al 20 por ciento con respecto a la del pasado año, que cerró con un aforo de 38 millones de kilos de uva blanca.

En esta línea, las bodegas y cooperativas del marco coinciden en señalar la falta de lluvias durante la pasada primavera –una escasez hídrica que se viene arrastrando desde 2018– como el principal motivo de la caída de la cosecha para este año, a lo que se suma el continuo arranque de viñas.

La recolección manual del fruto –que se desarrolla entre las 7.00 de la mañana y las 14.00 de la tarde– se combina desde hace tres lustros con la recolección mecanizada, una modalidad de trabajo que se concentra entre las 4.00 de la madrugada y las 10.00 de la mañana y que permite cosechar una gran cantidad de racimos a salvo de las elevadas temperaturas.