Aunque se temía que las tormentas caídas la semana pasada en la provincia, en algunos casos con granizo, pudieran haber afectado a la recolección del ajo y, por tanto, a su calidad, no ha sido así. Por fortuna, según explica Miguel del Pino, presidente del sector productor en Córdoba, las lluvias fuertes han descargado en otras zonas de la provincia (donde sí han causado daños en otros cultivos como el cereal, el girasol o el algodón e incluso el olivar), aunque en la campiña han sido leves y no han llegado a perjudicar a un producto que tras su recogida debe permanecer varios días en el campo secándose.

De mojarse en ese momento, aunque la calidad sea la misma, el color negro que toman las capas exteriores del ajo lo invalida para la comercialización, y en Córdoba el 90% de la producción de ajo se destina al extranjero y solo el 10% tiene como finalidad el consumo interior.

Este año, la campaña de ajo blanco ha sido buena, de calidad excepcional y ya se encuentra toda en los almacenes preparándose para su comercialización, una venta que se confía que sea mejor que la de otros años, ya que la principal zona productora de España y gran competidora de Córdoba, como es Las Pedroñeras, sí ha sufrido las consecuencias de las tormentas y puede que su ajo no esté a la altura del estándar, en cuanto a imagen y calidad, exigido en el comercio exterior.

Sin embargo, explica Miguel del Pino que la comercialización va algo lenta, puesto que los dos principales importadores de ajo cordobés, como son Taiwán y Brasil, aún no han realizado sus pedidos, lo que tiene ralentizado el mercado, que, no obstante, sí funciona en países como Estados Unidos, Canadá o Europa, entre otras zonas.

En cuanto al precio, explica Del Pino que se puede considerar «aceptable», puesto que sin ser espectacular no se está vendiendo mal y, añade, si se tiene en cuenta lo ocurrido en Pedroñeras con el tiempo, no se descarta que el precio del ajo cordobés experimente una subida de cotización en los mercados externos.

En lo que se refiere al ajo rojo, en estos momentos de encuentra en pleno proceso de arranque, corte y extendiéndose en los almacenes. Afortunadamente, explica el empresario, las lluvias no han sido cuantiosas en la zona productora y no ha llegado a afectarle, por lo que la calidad también será bastante alta.

En cuanto a la superficie sembrada de ajos este año por los productores cordobeses, explica el portavoz de los ajeros que es similar a la del año anterior, con unas 2.000 hectáreas sembradas aproximadamente. Sin embargo, aclara que la producción será en torno a un 30% superior a la de la campaña precedente, ya que este año no se ha perdido cosecha por el mal tiempo y la calidad también será superior por el mismo motivo.

La superficie sembrada de ajo en la provincia de Córdoba produce unos 30 millones de toneladas, apunta Del Pino, que añade que durante todo el proceso de producción del ajo se generan en la provincia de Córdoba alrededor de 400.000 jornales entre puestos de trabajo directos e indirectos, tanto en el campo como en los almacenes «desde que se coge para desgranar y sembrarlo hasta que se deja colocado en el camión para su posterior venta en el extranjero».