La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible informaba a principios de esta semana de la apertura del periodo de información pública del borrador del Plan Andaluz de Acción por el Clima (PAAC), con el que la Consejería persigue fomentar una participación eficaz y ágil por parte de los distintos agentes interesados con el fin de obtener como resultado final un plan enriquecido y legitimado por el conjunto de la sociedad andaluza.

Sin embargo, este PAAC, que representa el desarrollo normativo más importante de la Ley de Cambio Climático de Andalucía aprobada en 2018, no es una mera norma más, ya que, en palabras de la propia Junta y de los expertos, es el plan que debe marcar la planificación andaluza contra el cambio climático en las próximas décadas.

Todo ello a través de 150 líneas estratégicas articuladas en torno a varios pilares: medidas de adaptación a este fenómeno global, de mitigación, de políticas para la transición energética y de comunicación y participación, punto este último en el que se enmarca el citado periodo de información pública. Periodo de consultas que, por encima de mejoras en el texto, es una oportunidad para que todas las entidades socioeconómicas y ciudadanía en general aporten ideas para luchar o minimizar el impacto del cambio climático.

Por lo que respecta a Córdoba, la amplia documentación anexa que viene acompañando a este PAAC afirma, entre otras ideas y datos, que en el aumento de las temperaturas, especialmente acusado en el ámbito urbano, Córdoba es la capital de provincia andaluza que ha experimentado un mayor incremento de la temperatura media anual en el periodo comprendido entre el año 1980 al 2017, seguida de cerca por Sevilla. En el ámbito de la costa, aunque por debajo de Córdoba y Sevilla, estaría Málaga.

De igual manera, y según diversos modelos predictivos incluidos en estos análisis, en Andalucía aumentarían las zonas subdesérticas entre el año 2041 y el 2070, y el 2071 y el 2099, partiendo sobre todo desde la provincia de Almería hacia la de Córdoba, aunque estando presente este fenómeno de desertización en todas las provincias de la región.

En este contexto, la Consejería indica que «las indicaciones incluidas en el PAAC son claves para fijar las medidas de actuación a corto, medio y largo plazo en materia de lucha frente al cambio climático en Andalucía en diferentes áreas como, por ejemplo, transporte y movilidad, usos de la tierra, energía, turismo, edificación y vivienda o desarrollo de proyectos demostrativos y soluciones basadas en la naturaleza».

Entre los objetivos concretos que se marca la Administración autonómica, su apuesta por la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en un 41% para el año 2030, con respecto a los datos del 2005. Este índice supone, según la Junta, una mayor implicación de Andalucía en el reto de lucha contra el cambio climático en comparación con el resto de España, ya que el compromiso del Estado es disminuir los registros en un 39%.

Los modelos predictivos apuntan hacia una desertización que alcanzaría a Córdoba a partir del 2070.

Ya a nivel más general, el PAAC contempla la inclusión de la perspectiva del cambio climático en las diversas políticas sectoriales de la Junta de Andalucía a través de la introducción de objetivos concretos que atiendan a diferentes áreas.

El avance en la tramitación del Plan Andaluz de Acción por el Clima supone, según la Consejería, «un hito más en el esfuerzo que está llevando a cabo la Junta para dar cumplimiento a los mandatos de la Ley de Cambio Climático de Andalucía».

Además de que su aprobación debe hacerse por decreto del Consejo de Gobierno, la tramitación del plan incluye diversos estudios sobre su impacto sobre la salud, su incidencia sobre la ordenación del territorio y sus previsibles efectos sobre el medio ambiente, o evaluación ambiental estratégica.

Y todo ello sin olvidar la financiación de todas estas medidas en el marco de la UE, porque además la Consejería ha contado con la estrecha colaboración del grupo de planificación Jaspers del Banco Europeo de Inversiones como asesor externo, un grupo que ofrece ayuda para preparar grandes proyectos que puedan ser cofinanciados con fondos europeos. Con estas aportaciones el Gobierno andaluz señalaba esta semana que persigue, por un lado, alinear su estrategia con las futuras orientaciones técnicas y financieras de la UE, y por otro lado, asegurar la correcta estructura y concepción «de una planificación horizontal de calado».