Los agricultores alertan de la situación desde hace tiempo y las cifras recogidas por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir parecen confirmar sus temores. El embalse de La Breña, que es el segundo más importante de la cuenca de este río, con una capacidad de 832 hectómetros cúbicos, almacena apenas 131 hectómetros cúbicos y se encuentra al 16% de su capacidad, un nivel que, según fuentes de la CHG, no era tan bajo desde diciembre del año 2009.

La misma fuente recuerda que «el volumen embalsado hace un año por estas fechas era bastante similar», con 142 hectómetros cúbicos, aunque ahora la situación es algo peor.

Los datos recogidos en los últimos días por el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la Cuenca del Guadalquivir apuntan que otros embalses de grandes dimensiones se encuentran algo mejor que La Breña y este es el caso, por ejemplo, del también cordobés de Iznájar, que con una capacidad de 981 hectómetros cúbicos contiene 251 y está al 26%. En la misma línea, el embalse de Negratín, en Granada, puede albergar 567 hectómetros cúbicos y contiene 169, por lo que se encuentra al 30%, y el jiennense Tranco de Beas puede asumir 498 hectómetros cúbicos, almacena 159 y está al 32%. El quinto embalse más grande de la cuenca del Guadalquivir, el Giribaile, también de Jaén, se encuentra en un estado similar a La Breña, con capacidad para 475 hectómetros cúbicos y solo 75 almacenados, una cantidad que representa el 16% del total.

En líneas generales, se puede observar que los pantanos que se encuentran en mejores situaciones son aquellos que tienen menor capacidad. De este modo, si La Breña aparece a la cola, se posicionan a la cabeza otros como el sevillano El Gergal, con una capacidad de 35 hectómetros cúbicos y 28 almacenados, por lo que en la actualidad se encuentra al 80% de su capacidad.

El conjunto de los depósitos ubicados en la cuenca del Guadalquivir pueden almacenar 8.115 hectómetros cúbicos y guardan en la actualidad 2.482, por lo que el volumen embalsado representa el 31% de su capacidad. La regulación general, que es el sistema que abastece principalmente al regadío, puede almacenar 5.721 hectómetros cúbicos y guarda cerca de 1.404, encontrándose por debajo del 25%.

En cuanto a la situación de la provincia de Córdoba, un informe reciente del SAIH Guadalquivir indica que de los 3.412 hectómetros cúbicos que pueden almacenar sus embalses, en estos momentos solo recogen 842, por lo que se encuentran por debajo del 25%.

Desde la CHG afirman que «en un principio, con la situación actual de los embalses los abastecimientos de agua potable que dependen de los embalses se encuentran garantizados a medio plazo».

"Totalmente insuficiente"

No obstante, preguntadas las mismas fuentes por la situación de la agricultura recuerdan que «las dotaciones de riego para la próxima campaña dependerán de las lluvias y aportaciones a los embalses que se registren durante los próximos meses de este año hidrológico que acaba de comenzar, dado que los recursos embalsados actualmente serían totalmente insuficientes para atender una campaña normal de riego». En este sentido, hacen hincapié en que «casi el 90% de las lluvias y aportaciones a los embalses se registran estadísticamente entre los meses de octubre y abril, por lo que habrá que esperar a ver cómo evoluciona la situación».

El secretario general de la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua), Pedro Parias, admite que el escenario «es preocupante, estamos próximos a la entrada en la situación de emergencia», por lo que los agricultores se encuentran «esperanzados en que la lluvia pueda resolver la situación para la próxima campaña de riego».

En este sentido, avanza que «si el año es seco es muy probable que el año que viene tengamos fuertes restricciones», y adelanta que «la CHG debería, si no entramos en época de lluvia intensa ante de diciembre, tomar decisiones e informar a los regantes» para que estos, a su vez, puedan planificar su siembra y decantarse, en caso de que sea necesario, por cultivos que demandan menos agua.

Parias recuerda que en la actual campaña de riego se aprobó un nivel de restricciones «relativamente bajo, sabíamos que íbamos a estar en una situación complicada», aunque «toda la zona regable ha estado por debajo de la dotación garantizada por la CHG, lo que demuestra el esfuerzo que se ha hecho».

A esto añade que el año ha sido «extremadamente seco y caluroso» y, a pesar de ello, «la campaña ha sido buena, se han podido atender las demandas e incluso en octubre se ha repartido una reserva de 40 hectómetros cúbicos», detalla. En cuanto a las últimas precipitaciones, Parias aclara que han sido «menores de lo que preveíamos, de entre 15 y 30 litros por metro cuadrado».