- La crisis sanitaria ha demostrado la importancia del sector agrario. ¿Está valorado suficientemente por la sociedad?

-El sector agroalimentario ya había logrado sensibilizar a la ciudadanía antes de que el coronavirus alterase nuestras vidas. Todos entendíamos como justas las movilizaciones de protesta originadas por la crisis de precios, todos compartimos que los beneficios de un agricultor no pueden estar por debajo de los precios de producción. Y ahí nos encontrábamos, tratando de conseguir que Europa y el Gobierno de España ofrecieran soluciones, cuando nuestros agricultores y ganaderos nos han dado otra lección de esfuerzo y compromiso abasteciendo los mercados nacionales e internacionales durante la pandemia. Igual que la sociedad mira con orgullo a sus sanitarios, grandes héroes de esta crisis, tengo la certeza de que la labor de agricultores, ganaderos, pescadores, trabajadores de lonjas, de la industria agroalimentaria y el personal de distribución no ha pasado desapercibida y desde la propia Junta de Andalucía nos hemos encargado de recordarlo con la campaña #SoisNuestrosHéroesInvisibles.

- ¿Qué hay que hacer para que esa importancia se vea reflejada también en la situación de los agricultores?

-Como ya ha sucedido en otras situaciones de dificultad, la agricultura se convierte en colchón de la crisis. El campo andaluz asume parte del empleo que se pierde en otros sectores gravemente afectados. De lo que se trata ahora es de ofrecer al campo andaluz oportunidades, eliminar trabas y reivindicar el papel estratégico que juega para nuestra economía. Somos líderes en exportaciones por ser capaces de conjugar la competitividad de nuestra agricultura con la sostenibilidad y los criterios de calidad que demandan mercados cada día más exigentes. Desde esta perspectiva, la Junta de Andalucía está dispuesta a abanderar la defensa de una producción competitiva y sostenible frente a planteamientos que pueden poner en jaque nuestro actual modelo.

- ¿Cuáles son las principales dificultades que ha observado en el sector durante esta crisis sanitaria?

-La crisis ha servido principalmente para ratificar la fortaleza del agro andaluz. Excepto sectores muy concretos, gravemente afectados por el cierre del canal Horeca, la mayoría ha seguido trabajando con igual o mayor ahínco, pese a ver aumentados sus costes de producción para adoptar los protocolos de seguridad impuestos. Desde la Consejería de Agricultura mantenemos un diálogo permanente, fruto del cual hemos ido adoptando más de 50 medidas como la creación de las agrorrutas para facilitar el traslado de 3.000 trabajadores a sus explotaciones. Esa fluidez ha permitido facilitar los ERTEs del sector pesquero, EPIs o una plataforma de venta on line, protocolos de gestión de residuos…Evidentemente, sectores como la flor cortada, el vitivinícola, el ovino y porcino, la fresa o la pesca son los más damnificados y, aun así, tratan de reinventarse y tratamos de ofrecer ayuda aportando liquidez a través de líneas específicas.

- ¿Qué medidas son prioritarias en esta nueva situación? ¿Hay que adoptar un plan especial para el sector ante la acumulación de problemas que ya existían antes del covid-19?

-El sector agro representa en Andalucía el 10% del empleo y el 11% del PIB. Es obvio que nuestra comunidad necesita medidas especiales por parte de las administraciones. En primer lugar, de Europa. No podemos permitir que los fondos europeos se recorten como plantea ahora mismo Bruselas y por eso, desde Andalucía, hemos tendido la mano al ministro para que juntos defendamos una PAC justa para el sector primario andaluz. Entendemos que es el momento de ser posibilistas y no de ser restrictivos. Frente a nuevas estrategias como ‘De la granja a la mesa’, advertimos de que la soberanía alimentaria está en juego. Pedimos a la UE que recapacite y realice una pausada reflexión para valorar en su justa medida el papel que ha representado la agricultura en esta crisis y el que sigue jugando. La sostenibilidad y el mantenimiento de la biodiversidad no son incompatibles con una agricultura productiva y competitiva. Además, en Andalucía caben todas las agriculturas y todas ellas son sostenibles. Vamos a pedir al Ministerio que defienda nuestro exitoso modelo. Si el Gobierno de España no abandera esta lucha, desde Andalucía estamos dispuestos a liderarla a nivel nacional y promover acuerdos con otros países de Europa, a través del Comité de las Regiones y de los europarlamentarios para frenar lo que consideramos un sinsentido. También el Gobierno de España debe destinar partidas específicas para el campo como han realizado otros países desde el principio de este crisis. La Junta ya ha dado pasos en ese sentido con la puesta en marcha de un plan de reactivación económica con el que vamos a poner a disposición 90 millones de euros para refinanciación de la deuda de los sectores afectados. También hemos sido pioneros en solicitar a la UE la modificación del Reglamento del PDR para destinar 19 millones de euros para dar liquidez a nuestros agricultores, incrementamos las ayudas a los seguros agrarios o impulsamos y ampliamos la convocatoria de ayudas a la ganadería extensiva de 15 a 40 millones de euros. La idea, además, es seguir simplificando las bases reguladoras de las ayudas para conseguir el adelanto de liquidez en cada convocatoria que realicemos. Esta misma semana hemos llevado al Consejo de Gobierno las gestiones realizadas para movilizar más de 103 millones de euros para impulsar los Grupos de Desarrollo Rural (GDR).

- ¿Cuánto tiempo se necesitará para volver a la normalidad en la actividad agroalimentaria?

- Estamos en el proceso a otro tipo de normalidad sin que podamos fijar plazos. Salir de una crisis nunca es sencillo y encontrarnos en un escenario inédito multiplica las incógnitas. Desde las administraciones debemos dirigir todas nuestras acciones a recortar esos plazos, pero siendo conscientes de que se han generado otros hábitos en el consumidor y de que las consecuencias políticas a nivel internacional están por definirse y no dependen en exclusiva de una parte. Por eso, insisto, lo más importante es generar seguridad a nuestros productores, abrir nuevas vías de negocio y eliminar trabas para favorecer la continuidad de nuestras exportaciones. No olvidemos que somos una región netamente exportadora y la eliminación de barreras, la simplificación y la aportación de liquidez en estos momentos son claves para que el sector continúe funcionando.

- ¿Qué le diría a los agricultores y ganaderos para que sigan optando por esta actividad?

-El sector productivo andaluz tiene por delante muchos retos y también muchas oportunidades. Nuestra agricultura y nuestra ganadería son ejemplo de sostenibilidad y producción de calidad. Cuentan con el reconocimiento y el aval de los consumidores de medio mundo. Nuestra exitosa línea de ayudas a jóvenes agricultores confirma que el campo andaluz tiene garantizado un mañana. De toda crisis hay que sacar algo positivo y si de esta podemos concluir algo es que mucha gente se está dando cuenta de los beneficios que conlleva vivir en el medio rural. Apostar por nuestros pueblos, por cultivar nuestras tierras, es hoy una empresa bien distinta a la que vivieron generaciones pasadas. La Andalucía rural es hoy una Andalucía innovadora, tecnificada y capaz de ofrecer empleo verde de calidad.

- ¿Por qué hay que consumir productos cordobeses y qué valores destacaría de la agricultura y ganadería cordobesas?

-Córdoba es una de las provincias más ricas de Andalucía en producción agrícola y ganadera. La carne, la leche, el ibérico, el ovino y caprino, el cereal, el olivar, el vino… son productos que destacan por su calidad suprema. La Junta de Andalucía ha iniciado una campaña de promoción específica para implicar hoy más que nunca al consumidor en la necesidad de apostar por los productos de la tierra y a llenar las mesas de Andalucía, como dice su eslogan. Y es que entre todos los andaluces tenemos que devolver a esos trabajadores tanto esfuerzo y dedicación como han puesto cuando peor lo estábamos pasando todos durante la pandemia.