-¿Cuáles son los problemas que ha observado como empresa durante la crisis?

-La producción agrícola fue declarada esencial y esto amortiguó algunas dificultades. Los problemas principales fueron la falta de trabajadores, especialmente en los cultivos en recolección, y la prácticamente paralización y encarecimiento inicial de la exportación debido a la logística y el transporte. Además de la bajada de precios, salvo productos frescos, por disminución de la demanda.

-¿Qué medidas han adoptado para hacer frente a la crisis sanitaria?

-Lo primero, proteger la salud de las personas que trabajan en la empresa cumpliendo los protocolos sanitarios. Después, analizar y generar liquidez de cara a largo plazo, ya que vimos que la crisis va a ser larga y profunda. También ser selectivos en las inversiones, analizar costes estructurales y directos y ver posibilidades de reducirlos, visualizar una salida de la crisis con una menor demanda, intensificar y desarrollar la digitalización...

-¿Qué piden a las administraciones para entrar a la nueva normalidad?

-La financiación es el oxígeno de la empresa para vivir. En esta crisis, además de la financiación habitual, necesitas la de paralización temporal y la del tramo de reiniciación de la actividad hasta cubrir costes o punto de equilibrio. El empleo es una consecuencia del desarrollo empresarial. Con la inflación de impuestos a la empresa están paralizando la creación de empleo. Para competir, la empresa ha de reducir costes, pero las administraciones también, pues al final éstos se repercuten en la empresa. Cada vez hay menor iniciativa para crear empresas. Las dificultades administrativas son múltiples. Hay que ayudar a cumplir las normativas y no perseguir a las empresas.

-¿Por qué hay que consumir productos cordobeses y qué valores destacaría de la agricultura y ganadería cordobesa?

-La calidad del aceite, del jamón, del trigo duro o nuestros vinos entre otros productos están en el top ten internacional. Sin embargo, la falta de tamaño empresarial e inversión comercial, a largo plazo, impiden acometer proyectos de largo alcance para obtener más valor añadido a nuestros productos. La agricultura cordobesa es manifiestamente mejorable. Faltan inversiones públicas, especialmente en regadíos, también inversiones privadas... Resulta difícil pedir, ante una globalización, preferencia de consumir productos cordobeses. Hagámos lo posible produciendo a mejor coste y calidad que los demás, y así tendremos la fuerza para pedir esta preferencia.