DOMINGO 10 DE MAYO DEL 2020

Suplemento especial de DIARIO CÓRDOBA

Director: Rafael Romero Castillo

La conservación y el uso sostenible de los bosques es un elemento esencial en la lucha global contra el cambio climático, que, por otro lado, también afectará a la producción y calidad de las maderas de los árboles, según apuntan los expertos. En este contexto, las industrias del mueble tienen mucho que decir, y en los últimos años el sector español está trabajando por disminuir su impacto ecólogico y por eliminar algunos de sus puntos críticos al respecto, relativos a la procedencia de sus materias primas, sus procesos productivos y los residuos que genera.

Esta apuesta por la sostenibilidad en el sector se ejemplifica en empresas cordobesas como Timeless Natura, que fabrica muebles con maderas naturales certificadas, de roble francés, iroco, sipo y sappelli, procedentes de áreas de reforestación controlada. Algo ya más habitual entre las empresas de este sector, pero que en su caso también se conjuga con un proceso de producción de acabados 100% orgánicos, que respetan el medio ambiente.

Así lo explica José Almedina, responsable de desarrollo de negocio de esta empresa de mobiliario sostenible ubicada en Montilla, que comenzó a funcionar hace dos años, bajo la filosofía de ofrecer «un producto natural que auna artesanía y sostenibilidad».

En este sentido, la fabricación de estos muebles conjugan tradiciones artesanales con técnicas más avanzadas, y, además de la madera, utilizan otros materiales naturales, reciclados y ecológicos. Entre sus clientes, interioristas y decoradores, así como particulares y tiendas especializadas.

En cuanto a la madera, esta empresa montillana solo trabaja con aserraderos que están certificados y obtienen su materia prima de plantaciones sostenibles; y respecto a los acabados, «no hemos parado de buscar e investigar hasta conseguir una amplia gama de acabados ecológicos, con los que, además de lograr una novedosa variedad de tonalidades naturales, hemos logrado que la madera siga pudiendo respirar, no está tapada, y que a la vez sea totalmente impermeable, fácil de limpiar y no aporte ninguna toxicidad al medioambiente», indica José Almedina.

Para lograr estos acabados 100% orgánicos esta empresa encontró un proveedor en Bélgica que le surte de productos de bases oleosas, de aceites, con los que sustituyen los disolventes, lacados y barnices que habitualmente utiliza el sector del mueble en los acabados.

Sin embargo, el hándicap de estos acabados, desde un punto de vista empresarial, «es que es un proceso que no se puede industrializar, ya que tiene que realizarse a mano para que sea rentable y no eleve en exceso el precio final del mueble», señala este responsable de negocio.

Todo ello teniendo en cuenta un modelo de gestión basado en la llamada economía circular -reducir, reutilizar y reciclar-, incidiendo en los ciclos de aprovisionamiento, elaboración y reutilización de los subproductos generados. Además, intentan diseñar mobiliario intemporal, que no pase de moda y pueda ser fácilmente integrable en diferentes estilos de decoración. «Creamos a largo plazo frente a la cultura del descarte, del usar y tirar. Nuestro propio nombre, Timeless (intemporal) es todo una declaración: concebimos nuestros muebles como piezas de un uso duradero, fácilmente reparables, actualizables y reciclables», afirma Almedina.

Asimismo, el hecho de que estos muebles se fabriquen localmente y muy próximos al cliente final hace que se acorten los desplazamientos del producto y con ello la huella de carbono de los mismos.

En esta línea, esta empresa se esfuerza por minimizar cualquier impacto negativo en la sociedad y la naturaleza «haciendo una apuesta constante por la mejora de las relaciones humanas, la justicia social y el respeto por el medio ambiente». No en vano, esta firma forma parte de un grupo de empresas cordobesas llamado En Clave Social que se articula bajo unos valores comunes de reinversión social.

En definitiva, un ejemplo cordobés de la nueva tendencia del mueble sostenible, ya que, como afirma este responsable, «estamos convencidos de que usar y tirar no es una buena opción, ni para el consumidor particular, ni para la sociedad». Ni para la lucha contra el cambio climático.