Al ver la noticia, uno no se lo cree. ¿Por qué se va? ¿Qué le mueve? ¿Y no se arrepintió? Todas esas preguntas surgen cuando ves la portada de Diario CÓRDOBA del 29 de julio de 1984. Pepín ya es jugador del Córdoba. Podría parecer un fichaje intrascendente, excesivo para llevarlo a una portada, pero no lo es. Pepín jugaba en Primera División, acababa de ganar la Copa del Rey con el Valladolid, de firmar un contrato de renovación por dos años más, llegó a tener ofertas incluso del Atlético de Madrid, y aún así, decidió bajar tres categorías y perder doce millones de pesetas para jugar en el Córdoba, en Tercera División.

--Estoy deseando que me explique los motivos.

--(Se ríe). Antiguamente no tenías representantes, ni quien te apoyara o aconsejara. El día anterior había ganado la Copa, bajé a Córdoba y me pillaron, entre unos y otros me comieron el coco, me pusieron tierno: Que el club va a desaparecer, que necesitamos gente de Córdoba, que tú tienes un nombre... Me revolvieron y cuando volví a Valladolid, dije: ‘Me voy’.

--¿Qué cara pusieron?

--No se lo creían, tuvieron que llamar aquí. Pensaban que tenía ofertas de Primera y por eso pedía la carta de libertad. Me decían que cómo me iba a ir a Tercera, que yo me iba al Elche, o al Santander, o al Atlético. ‘Llame usted a Campanero’, le dije al presidente. Y cuando lo hicieron era Campanero el que no se creía que me dejaran venirme.

--¿Llegó a arrepentirse?

--No. El gesto lo hice por mi tierra, por mi familia, porque cada vez que leía el periódico, me dolía ver al Córdoba tan mal.

--Usted estaba en su mejor momento.

--Sí, tenía 29 años, pesaba 59 kilos, estaba físicamente muy bien; acabábamos de ser campeones de Copa... Mis propios compañeros me echaron la bronca. ‘¿Tú estás loco?’, me decían.

--¿Al principio le dio bajón?

--Bajón no te da, pero cuando ves los comentarios de los amigos: ‘Anda que no es tonto’... uf. Pero me sobrepuse. La plantilla, que era toda de Córdoba, me dio un poco de alegría. Y yo sabía que si no venía ahora, nunca jugaría en el equipo de mi tierra.