El 23 de julio del año 2013, Diario CÓRDOBA llevaba a su portada la noticia más esperada de la crónica de tribunales de la ciudad en los últimos tiempos. El magistrado Pedro Vela, presidente del Tribunal del Jurado que juzgó a José Bretón en la Audiencia provincial por el asesinato de sus dos hijos, Ruth y José, había dado a conocer la sentencia por la que se le condenaba a la pena máxima (20 años de cárcel por cada delito), al considerarle el autor de la muerte de sus hijos.

Los pequeños desaparecieron el 8 de octubre del año 2011, cuando contaban con 6 y 2 años de edad. Este periódico adelantó la noticia informando de que su padre los había perdido de vista en el Parque Cruz Conde. Sin embargo, 21 meses más tarde y después de una extensa labor policial, la Justicia determinó que fue su progenitor quien los había asesinado para vengarse de la madre, quien le había comunicado su deseo de romper el matrimonio.

En su condena, el juez tuvo en cuenta el agravante de parentesco, su «premeditación» y su «carácter despiadado», ya que los calcinó e intentó que desaparecieran los restos. En cuanto al principal elemento de polémica en este proceso, los huesos encontrados en la hoguera de la parcela de los padres de Bretón, aseguró que era «absolutamente descartable» que fuesen manipulados. En un primer momento, una perito de la Policía atribuyó estos restos óseos a animales, pero meses más tarde el antrópologo Francisco Etxebarría determinó que correspondían a dos niños, lo que dio un vuelco a la investigación.

El juicio contó con 35 medios de comunicación acreditados y dio lugar a un revuelo ante el que Eduardo Baena, entonces presidente de la Audiencia provincial de Córdoba, llegó a destacar que «es una terrible barbaridad que los testigos estén en la televisión». Hoy, José Bretón sigue encarcelado tras agotar todos los recursos. Su exmujer, Ruth Ortiz, declaró hace algunos días que no considera que la pena impuesta sea justa y también señaló que «puede volver a hacerme daño cuando salga».