El Zoco municipal renació hace tres décadas. El 21 de junio de 1986 el recinto situado en plena Judería reabrió sus puertas como mercado de la artesanía, recuperando su esencia. El alcalde, Herminio Trigo, fue el encargado del acto inaugural, que Diario CÓRDOBA recogió en sus páginas. De esa manera, el Ayuntamiento ponía a disposición de los artesanos cordobeses las instalaciones para que pudieran desarrollar sus habilidades artísticas y vender sus productos. Repartidos en diez bakalitos, se ubicaron talleres de guadamecíes y cordobanes, platería, marroquinería, juguetes de madera, caretas, marionetas y cerámica. La filosofía era combinar tradición y vanguardia.

Treinta años después sigue allí, en su taller de cueros, Rafael Varo, que recuerda que cuando se reabrió ya había dos talleres asignados, el de orfebrería de Gerardo Camacho y el de cerámica de Ariza de La Rambla, mientras que los ocho restantes fueron a concurso «y entramos todos en marzo de 1986». El Zoco entonces ya tenía otros treinta años sobre sus espaldas. De hecho, este año conmemora su sesenta aniversario, ya que inició su andadura en 1956, de la mano del «alcalde Cruz Conde, que fue el que creó el Zoco y el Museo Taurino, al mismo tiempo, en el mismo edificio». El recinto estuvo abierto hasta principios de los ochenta, momento en el que «se fueron quedando vacíos casi todos los talleres» y se volvió a poner en concurso.

Varo se acuerda perfectamente del día de la reapertura, «a la que vino Herminio Trigo, que se hizo una foto en este taller, que salió en el periódico». Cuando se inauguró el Zoco, «había un taller cedido a los artistas plásticos», que no llegaron a tomar y que después se convirtió en sede de la Asociación Cordobesa de Artesanos.

Desde entonces, en treinta años, «el turismo ha cambiado muchísimo y esto se ha puesto increíble». A juicio de este artesano, este mercado necesita «mayor atención del Ayuntamiento», ya que se ha convertido en uno de los espacios más visitados y fotografiados de la Judería.