Todo indica que la globalización nos arrastra, por un camino de difícil retorno, a un mundo cada vez más pragmático donde sobre todo cuenta la economía y la utilidad de las ideas y las cosas y poco la esencia del ser humano en sí mismo o en su relación con entorno social en el que vive.

Pensamos que debe de haber mecanismos que compatibilicen el desarrollo económico, cada vez más agresivo, con avances en el progreso social igualitario para todos donde las diferencias entre los que más tienen y los que menos tienen sea decreciente y no creciente como se evidencia en el mundo en el que nos adentramos.

En esta difícil encrucijada surge el Foro ‘75 ideas para Córdoba’ por iniciativa del Diario CÓRDOBA y apoyado por Cajasol. En su segunda sesión, de la que formo parte como miembro, se proponen cinco temas para su análisis y debate. Aunque todas ellos son esenciales en el momento socio económico cordobés actual, yo he elegido analizar y proponer algunas sugerencias sobre la que trata sobre la «necesidad de una Agencia de Innovación Empresarial liderada por las Universidades y empresas cordobesas».

Está claro que las universidades y empresas se necesitan mutuamente para afrontar los retos de innovación y emprendimiento, tan necesarios en los nuevos tiempos. En este sentido intentaré dar respuesta a la pregunta «¿Cómo poner en marcha esta Agencia de innovación Empresaria?», y además hacerlo en un corto periodo de tiempo dada la alta velocidad cambiante en que vivimos.

Las características de dicha agencia, a mi modo de ver, corresponden a una entidad, Universidad-Empresa de Córdoba, con capacidad jurídica propia para la ejecución de su cometido que debe de fijarse en sus estatutos donde se definirían su funciones, sus órganos de dirección, objetivos, composición, etcétera, en los términos que se exponen a continuación.

La dirección estaría formada por un órgano colegiado que estaría integrado al menos por el rector de la Universidad de Córdoba, rector del Universidad Loyola y el presidente de la CECO, así como secretario, tesorero, entre otros.

Los objetivos estarían marcados por la necesidad de servir de plataforma de encuentro entre de las universidades y las empresas cordobesas con la finalidad de conocerse mejor, compartir información, facilitar la transferencia de conocimiento, clarificar las necesidades mutuas. Todo ello facilitaría que alumnos universitarios dispongan de un sistema flexible de prácticas en empresas y una mejora de su formación en emprendimiento, lo que facilitaría su posterior inserción laboral.

A su vez, las empresas pondrían emplear a egresados universitarios mejor preparados según las necesidades reales. Además se abre a las empresas la posibilidad de participar junto a la Universidad en proyectos de innovación que haga más rentable la actividad empresarial. No olvidemos que en el mundo que se nos avecina, además de la calidad es esencial la innovación para dotar de singularidad los productos ofertados por las empresas. Esto es especialmente importante en lo que se refiere a empresas pequeñas de las cuales, según el Informe Económico de Andalucía del año 2015, solo el 5,7 % de ellas realizan actividad innovadora. Pero es que además solo el 15,6 5% y el 32,5% de las empresas medianas y grandes respectivamente realizan actividad innovadora, lo que viene a decirnos que el diálogo con la Universidad debe de potenciarse de manera urgente como se propone desde el Foro Córdoba.

Los miembros de esta agencia serían profesores y empresarios propuestos por partes iguales por las universidades y la CECO, respectivamente. Esta elección se haría entre las personas más cualificadas y relevantes relacionados con Córdoba, incluso si se encuentren en otros lugares de España o el extranjero. En cualquier caso no se trataría de representaciones institucionales de organismos administrativos o políticos que ya están presentes en el Consejo Social de las Universidades y de la CECO. Se incluiría también una representación sindical.

En cuanto a la ubicación pensamos que debería encontrarse un lugar lo más cercano a las instancias de la Universidad de Córdoba. Creo que en este sentido se debería considerar seriamente la oferta ya realizada por el rector de la Universidad de Córdoba, José Carlos Gómez Villamandos, que durante el primer encuentro del Foro Córdoba hizo la propuesta de su ubicación en un edificio de Rabanales 21. Esto permitiría una conexión fácil con las distintos áreas que la UCO tiene en cuanto a emprendimiento y trasferencia de conocimiento.

Todo lo expuesto lo hago, a pesar de ser consciente del enorme potencial existente en las universidades (por ejemplo el Plan Propio Galileo de la UCO) y en muchas de las empresas cordobesas. Sin embrago lo que he tratado de hacer es concienciar sobre la necesidad de consolidar un «camino de doble dirección» entre universidades y empresas que sea verdaderamente útil para ambas. En definitiva, el buen funcionamiento de esta agencia sería un avance relevante para la sociedad cordobesa en su conjunto, sobre todo ahora por cuanto nos encontramos en una situación de «emergencia» en el desarrollo económico de nuestra ciudad y provincia. No olvidemos que aunque Córdoba exporta más que importa, lo hace con productos sin un valor añadido en su elaboración y procesamiento que aumente la singularidad diferencial con otros productos de diferentes territorios de España o del extranjero.

En suma, la universidad necesita a las empresas y las empresa a la universidad. Un posible modelo de doble vía entre universidad y empresa lo tenemos en las áreas médicas y biológicas con el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC). Este Instituto depende de la Universidad de Córdoba y de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía. En el Imibic se integran, por una parte, investigadores y, por otra, profesionales de la salud en una misma plataforma con retroalimentación mutua. Esta simbiosis da mucho sentido a la investigación porque se hace sobre problemas reales que afectan la salud de las personas desarrollando en cada momento las ideas más innovadoras en Biología (bio-) y Medicina (med-) en una única plataforma «biomédica». Esto da al Imibic una enorme potencialidad en un área espacialmente sensible como es el manteniendo de la salud, que a todos tanto nos preocupa. Confío y espero que estas reflexiones sirvan para algo y no caigan en saco roto como tantas cosas en nuestra querida Córdoba, donde muchas proyectos se enlentecen año tras año, como es el caso de la remodelación del Palacio de Congresos de la calle Torrijos, los aparcamientos robotizados en el casco histórico de la ciudad y tantas otros cosas.

(*) Exrector de la Universidad de Córdoba