Hablando del 33, la edad de Cristo en lenguaje taleguero del bingo, aquí el indigente recuerda cuando en un año de los 80 la gente del Ateneo Casablanca, pobres de pedir, quisieron entregar una Fiambrera de Plata a Manuel Vázquez Montalbán. No pudo ser porque, aunque el escritor llamó por teléfono desde Barcelona comunicando su gratitud y disposición a acudir y recibir su Fiambrera, el Ateneo no podía hacerse cargo del hospedaje y billetes de la Renfe. El presidente del Ateneo, fenómeno sociológico, según opinión de algunos mandamases de los parias de la tierra, se fue a mendigar al posadero Pedro Roso que el Ayuntamiento se hiciera cargo del viaje y estancia del insigne escritor. En la Posada del Potro, delante del poeta Carlos Clementson, el de los dineros dijo tal que así: «Si tú quieres tomarte una copa o emborracharte con tu amigo Vázquez Montalbán, le pagas tú el viaje y el hotel».

A cualquiera podría parecer que aquí el puchapegos vive de rencores. Más tarde le falló otro ingenioso montaje pastagansa, cuando se propuso obtener copias de las representaciones teatrales del colectivo infantil La Fiambrera y venderlas al mejor precio en esos bochinches que se dan por los mercaíllos de la Córdoba eterna, sin ir más lejos. Pero seamos coherentes y echemos la culpa a los demás. Hay que decirlo alto y claro, adornarlo con el místico tono mitinero que utilizan los buscadores del voterío. La Televisión Municipal es un invento de mucho valor para esta Córdoba que adoramos mañana, tarde y noche («Ay Córdoba de mi pena y mi alegría. Por la noche nazarena y sultana por el día», cantaba doña Concha Piquer en tiempos de aquel invicto espadón tan lleno de gusarapos al que llamaron Caudillo).

Esa televisión es parte de nuestro pasado y presente más inmediato o algo parecido. Además, si es propiedad de toda la cordobesía porque todos hemos contribuido a su creación y mantenimiento, viene a ser como el Patio de los Naranjos de la Mezquita Catedral (no sé si me estoy liando. Quizá debería llamar a monseñor Demetrio y consultar esa cuestión, pero es que no tengo saldo en el móvil). La cosa es que la TVM debe estar al servicio de la ciudadanía. Quiero decir que además de emitir todos los archivos que reposan en sus baúles, sus responsables, presupuesto municipal mediante, deberían emitir una programación que incluyera informativos de la actualidad que nos rodea, local y provincial. Lo que aliviaría bastante a quienes estamos hasta el anillo de oír las subnormalidades del Trump, el Putin y otros subproductos.

Jesús Cabrera, Victoria Tessio, Matilde Cabello, Marisol Membrillo, Rafael Carlos Padilla, Rosa Aparicio, Roberto Loya, Paco Martínez son voces y nombres que acompañan a la fenomenología sociológica de aquí el puchapegos y a muchísima gente de Córdoba de los años 80 y 90, incluido el posaero aquel.