Un auténtico «regalo». Así es como se percibe desde la Fundación Cajasur, propietaria del Palacio de Viana, la identificación de la colección pictórica que viste los muros de esta mansión histórica de Córdoba.

Un minucioso trabajo de catalogación realizado por el catedrático emérito de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, Enrique Valdivieso, y por el doctor en Historia del Arte Gonzalo Martínez del Valle, ha permitido sacar a la luz piezas que hasta la fecha no estaban inventariadas ni investigadas y que han resultado ser obra de algunos de los grandes maestros plásticos de los últimos 500 años.

El estudio, presentado hace unos días, es resultado de una investigación «rigurosa y científica», encargada por la Fundación Cajasur como parte del plan museológico del palacio, que ha supuesto dos años de trabajo, según el director del Palacio de Viana, Leopoldo Izquierdo.

Izquierdo destaca que gracias a esta iniciativa se han podido catalogar obras pictóricas que no estaban identificadas, obras de las que hasta la fecha se desconocía su autoría. Son piezas de gran valor artístico e histórico que han llamado la atención de grandes pinacotecas de todo el mundo, entre ellas la National Gallery de Londres, el Museo del Prado o el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.

Precisamente en este último museo se exhibe ahora uno de los cuadros de la colección del Palacio de Viana, incluido en la exposición «Sorolla y la moda», abierta al público hasta finales de mayo. Se trata de un retrato de la reina Victoria Eugenia realizado por Joaquín Sorolla. Su catalogación, explica Izquierdo, ha permitido que el Museo Sorolla de Madrid haya podido identificar el boceto de esta obra entre sus fondos, ya que desconocían el destino que Sorolla le había dado a aquellos primeros apuntes pictóricos.

Como curiosidad se trata de un retrato en el que la reina aparece con un escote más pronunciado de lo habitual, «siguiendo la moda de Estados Unidos», con lo que rompe así con la tradición de la monarquía europea de mostrar bustos cubiertos hasta el cuello.

Entre los descubrimientos se encuentra un retrato de la soberana Isabel Clara Eugenia de Austria, hija de Felipe II, realizado por Pantoja de la Cruz en 1597. Se trata de una obra que tiene un cuadro gemelo en el condado británico de Sussex, donde forma parte de la famosa colección de arte privada de Petworth House.

También se han hallado varios lienzos de Bartolomé Bermejo, «gran pintor de la Corte española» nacido en Córdoba en la primera mitad del siglo XV. En el Palacio de Viana se conservan dos retratos: del Cardenal-Infante don Fernando y de la Infanta Margarita de Austria, «personajes que no teníamos ni idea de quienes eran y que hemos conseguido identificar» gracias a la catalogación, indica el director.

De sorpresa en sorpresa

La colección ha dado más sorpresas, como los retratos realizados por Miguel Jacinto Meléndez con toda la «pompa y boato de la corte francesa», de Felipe V, de Isabel de Farnesio con el príncipe Carlos y de Luis I. Las dos primeras obras han sido consideradas como los «mejores retratos» que hace el autor de la familia real, a pesar de que el Museo del Prado conserva dos obras del autor con idéntica temática.

La catalogación ha hecho posible el descubrimiento de otras muchas obras, como las que componen una serie de los Arias de Saavedra, «en la que vemos perfectamente cómo una familia nobiliaria española sentía la necesidad de justificar su rango a través de la pintura». Son cuadros que datan del XVII.

Aunque en el Palacio de Viana abundan los retratos, la colección conserva piezas muy diversas, entre ellas seis cuadros alusivos a seis batallas de la Guerra de los 30 años realizadas hacia 1650 por Pieter Meulener, artista flamenco especializado en este tipo de pinturas. Se trata de unas obras «consideradas las mejores de España, después de las del Prado», encargadas por la casa de Rivas, de donde provienen el primer marqués de Viana y el escritor y estadista cordobés Duque de Rivas. Son la crónica de batallas ganadas por los Tercios españoles y que fueron financiadas por la propia casa de Rivas.

De la escuela flamenca se han descubierto otras obras pictóricas, como las alegorías de los Cinco Sentidos realizadas en el taller de Brueghel II, realizadas en torno a 1650, unas pinturas sobre cobre «de una delicadeza extrema», subraya Izquierdo.

También hay cabida para los artistas plásticos italianos. Es el caso de Luca Giordano, de quien se ha descubierto una obra original, la Adoración de los Reyes, realizada en1699, justo un año antes de la réplica que hizo el autor italiano y que se encuentra en el Monasterio del Escorial. Y es que «cuando una obra le funcionaba a un pintor llevaba a sus posibles compradores a que la vieran para que le encargaran otra igual».

La lista de hallazgos es larga. A estas piezas hay que añadirle otras como El prendimiento de Cristo, del cordobés Antonio del Castillo Saavedra, muchos de cuyos cuadros, realizados en el siglo XVII, se custodian en el Museo del Prado.

Gutiérrez de la Vega es otro de los autores que firman lienzos en el Palacio de Viana, en concreto una Santa Filomena rubricada en 1845, una época en la que beata se puso de moda, lo que propició que «todas las familias nobles quisieran una en su casa».

En este sentido el director del palacio pone de manifiesto que «lo bueno que tenemos en Viana es que vemos perfectamente como las modas se incorporan en las familias nobles y entran a través de la pintura, con pintores del momento».

Y la lista sigue: Salvador Maella, Federico Madrazo, Pantoja de la Cruz, Esteban Márquez, Bernardo Lorente Germán ...

Con todo «Viana guarda una de las colecciones privadas más impresionantes que tenemos de España». Pero su importancia radica también en que esta colección «se ha mantenido en una casa noble y ha llegado, en bloque, hasta nuestros días, además en el edificio que las ha albergado, con lo que se mantiene continente y contenido». A ello hay que sumarle el hecho que el archivo del marquesado de Viana, adquirido por la Fundación Cajasur en el año 2000, «ha sido la herramienta para documentar estas pinturas».

Un archivo que contiene escritos y registros que van desde el año 1119 a 1980, fecha en la que la fundación se hace con la casa palacio. Esto le convierte «en uno de los mejores archivos históricos privados que se tienen en España».

Ahora la idea de la fundación es continuar con el plan museológico y con la catalogación de las diversas colecciones que posee, como la de cuero, arqueología o azulejos. Porque en palabras de Izquierdo «en Viana, como custodios del patrimonio que tenemos aquí, tenemos la responsabilidad de investigarlo con los mejores especialistas», de hacer una catalogación y de difundirlo.