La sopa caliente es un excelente primer plato en invierno. Calienta por dentro, sacia y prepara el terreno. Según el refranero, «siete virtudes tiene la sopa: es económica, el hambre quita, sed da poca, hace dormir y digerir, nunca enfada y pone la cara colorada». Se puede decir que el momento más adecuado para tomar sopa es la cena, pero esto ya es demasiado reglamentar. Antiguamente se tomaba más sopa que ahora y más platos de cuchara. Los platos antiguos tienen más capacidad que los actuales, porque su parte cóncava no suele estar delimitada y permite servir con holgura, manteniendo una distancia elegante hasta el borde. A los platos soperos les deben caber 22cl., como mínimo, cosa que no es ninguna exageración considerando que ésa es la capacidad de un vaso de agua. Y a continuación armarnos de habilidad para tomar la sopa a cucharadas, sin soplar, sin sorber y sin inclinar el plato, justamente lo que más apetece hacer.