Aló! ¿Es el infierno? ¿Está Satanás? Bueno, que se ponga el Papi. Estoy en La Providencia ruteando y de palique con Mario Steliac, Juan Prieto, Manolo Ortas, Antonio Nevado, Concha Orcaray, Fali García, Pepe Morales, Manolo Parejo. Ná, que tengo saldo en el móvil y he dicho voy a llamar al colega. Oye, te noto rara la voz, como si estuvieras flipado ¿le pegáis al costo en el averno? ¿Humedad? ¿Frío? ¿Qué pasa con Pedro Botero y sus calderas? Ya, problemas. Eléctricas, renovables, asesores, el recibo de la luz, todo eso me suena. Pues si lo comparamos con el de Dante tu infierno es un paraíso, tío. De la Tierra no me hables, déjala, aquí siguen porculeando los habituales tragaldabas, millonetis, gente borde muy difícil de sobrellevar.

Pues me invitaron al acto de donación del legado profesional de Rafael Mir Jordano al Archivo Municipal, pero mis defensas naturales se tomaron el día libre, me dejaron con servicios mínimos y no pude asistir. Toda mi pajolera vida entre broncas, llega la senectud y me pilla con bronquitis. Según cuenta Carmen Lozano en el CÓRDOBA fue un acto entrañable al que asistió Isabel Ambrosio, Emilio Aumente, Ana Verdú, Manuel Gahete, Fernando Rojas, Antonio Varo Baena, Elena Cobos y otras buenas gentes. Eso me ha hecho recordar el encierro de la Asamblea de Parados en la Iglesia de San Nicolás un día de 1977. Tú trabajabas en Dragados, pero quisiste participar en la movida y no fuiste al curro. Cuando llegaste habíamos cerrado las puertas del templo, liaste bronca para que abriéramos pero llegaron los antidisturbios, te dieron leña para ir tirando, encierro en Comisaría y procesado por agresión a Fuerza Armada. El fiscal, por pedir algo, para él no pidió nada y para ti 12 años y un día. Te dieron libertad provisional, en la CNT se encargaron de camuflarte en un coche, no parar hasta Puigcerdá y desde allí, utilizando un paso clandestino que tantas veces cruzaría yo más tarde, llegásteis a Toulouse de la Francia donde te alojaron en un piso vecino al de Federica Montseny. Aconsejado por gente de fiar yo acudí al despacho de Rafael Mir Jordano, pedí ayuda al ilustre abogado y buena persona, quien ejercitando la acción popular hizo que te acogiera la Ley de Amnistía de 1977 y consiguió que pudieras retornar a España en libertad. Cuéntaselo a Belcebú, anda.

En los macos por donde pasé, al referirse a un buen abogado se ha dicho siempre que es un tío legal. Con disculpas por la taleguera expresión lo quiero decir aquí: Rafael Mir Jordano es un tío legal. Conociendo la situación cómico financiera del Cahue, se hizo cargo del caso, no cobró nada por su trabajo y además pagó los gastos. Eso es digno de loa. Desde hace muchos años el nombre del insigne jurista figura con letras mayúsculas en la Universidad de Córdoba, Real Academia, Círculo de la Amistad, etcétera.