A los cordobeses de Argentina, nos gusta decir que somos de la «Córdoba de la Nueva Andalucía». Y eso de algún modo nos une con «la otra Córdoba», la andaluza, aunque una gran mayoría no la conozca más que por referencias.

Quienes tenemos la suerte de haber recorrido sus calles, de haber disfrutado de la cordialidad de su gente, quienes pudimos sumergirnos, aunque fuese por unos días, en su pasado y su presente, reforzamos ese lazo, ese vínculo que va mucho más allá de la coincidencia de nombres.

En tren de buscar similitudes, ambas ciudades fueron fundadas en depresiones naturales, atravesadas por sendos ríos: para ustedes, el Guadalquivir; para nosotros, el Suquía.

Ambas, también, colindan con faldeos serranos. En un caso, los de la Sierra Morena; en el otro, los de las Sierras Chicas. Y más allá de la geografía, la historia es motor del turismo a uno otro lado del Atlántico.

No obstante, con seguridad son más las diferencias. Nuestro río Suquía es apenas un hilo de agua al lado del torrentoso Guadalquivir, mientras que nuestras Sierras, aunque «Chicas», son más elevadas que su hermana «Morena».

Para nosotros, los toros no son protagonistas de espectáculos populares sino apenas actores de reparto en la escenografía rural. Y nuestra imponente catedral parece un juguete al lado de la majestuosa mezquita.

Y si hablamos de historia, nuestro orgullo de ciudad cuatricentenaria empalidece cuando leemos que hace ya mil años la Córdoba andaluza tenía poco menos que el 1.300.000 habitantes que en el inicio del siglo XXI conviven en la Córdoba sudamericana, hoy mucho más populosa que aquella.

Sin embargo, con similitudes o diferencias las dos ciudades se han hermanado y están cerca. Y también lo está La Voz del Interior, con sus 113 años, de Diario CÓRDOBA, con sus 75. Mucho más cerca que los 9.834 kilómetros que separan a una redacción de la otra, en línea recta.

Estamos cerca por toponimia, por similitud climática, por sentimiento y por las raíces de nuestros fundadores (Jerónimo Luis de Cabrera era sevillano, pero la familia materna de su esposa Luisa Martel de los Ríos era oriunda de la Córdoba andaluza).

Por todo ello, y porque compartimos también la pasión por el periodismo, nos unimos alborozados a este 75° aniversario de Diario Córdoba. ¡Por muchos años más, hermanos andaluces!