E n la madrugada española del pasado martes 5 de julio la sonda Juno (NASA) consiguió colocarse en órbita alrededor del planeta Júpiter. Lanzada en agosto del 2011, Juno ha recorrido 2.800 millones de kilómetros para llegar a su destino. Este sofisticado ingenio espacial se enmarca dentro del programa Nuevas Fronteras de la Agencia Estadounidense del Espacio (NASA) y ha costado unos 1.130 millones de dólares. Puede parecer mucho dinero, pero sólo son 4 veces del presupuesto de la última película de Los Vengadores (Era de Ultrón) y es una nimiedad (menos del 0.2%) comparado con el presupuesto anual del ejército de los Estados Unidos. La misión principal de Juno es estudiar la composición interna de Júpiter y la estructura de su densa atmósfera. Resolver estas preguntas darán pistas claves a la hora de entender cómo se forman los planetas no sólo en el Sistema Solar sino en el Universo.

En su periplo de 5 años por el Sistema Solar, Juno sobrevoló la Tierra en octubre del 2013 para usar la asistencia de la gravedad terrestre para catapultarse hacia Júpiter. Antes de la maniobra de frenado del martes pasado (que duró unos 35 minutos) Juno se movía a la friolera velocidad de 265 540 km/h con respecto a la Tierra. Esta velocidad es enorme, ¡corresponde a 0.02% la de la velocidad de la luz! Ahora la sonda ha sido capturada por la gravedad de Júpiter, suponiendo un nuevo éxito para la NASA dada las incertidumbres de la misión. En efecto, Juno debe enfrentarse a los poderosos campos magnéticos del gigante gaseoso, motivo por el que entró en una órbita por los polos, y por lo que se brindó a Juno como su fuese un tanque acorazado para proteger los instrumentos científicos de la poderosa radiación de Júpiter.

La misión de Juno está prevista que dure 20 meses, que equivale a 37 órbitas alrededor de Júpiter. Su órbita es muy elíptica: el punto más cercano al planeta está a sólo 4.500 kilómetros de altura, mientras que el punto más lejano está a casi ocho millones de kilómetros de distancia. Juno necesita 14 días en completar una revolución completa alrededor del planeta. Algo importante es que durante todo este tiempo la sonda nunca pasa por la sombra de Júpiter. La justificación es que Juno funciona con tres gigantescos paneles solares de 20 metros de longitud cada uno. De hecho, se trata del ingenio espacial que más lejos ha llegado funcionando con paneles solares, siempre orientados hacia el Sol. De igual forma, la antena de comunicaciones está siempre orientada a la Tierra. En realidad, las necesidades de energía de la sonda no son exigentes, ya que sólo funciona al máximo durante las pocas horas de mayor aproximación a Júpiter. Además, Juno gira sobre sí misma, a una velocidad de unas 2 revoluciones por minuto. Durante la parte central del sobrevuelo, que dura unas 2 horas, los instrumentos de Juno observarán Júpiter unas 400 veces.

Durante los próximos 2 meses la sonda estará moviéndose en una órbita más amplia. El 27 de agosto volverá a pasar cerca de Júpiter, reajustándose a la órbita científica. Será entonces cuando se consigan las primeras imágenes de la cámara que lleva Juno (JunoCam), un instrumento que se decidió incluir en las últimas etapas de construcción por motivos más de divulgación que científicos, y el resto de los instrumentos (los que de verdad darán los datos científicos). Aunque JunoCam es una cámara muy sencilla permitirá obtener imágenes única de Júpiter, con una calidad 10 veces mejor que las que se consiguieron con las cámaras de las sondas Voyager, Galileo o Cassini, proporcionando una resolución de 3 kilómetros por píxel en el ecuador. Eso sí, dado todo lo que se aleja la sonda del planeta, las fotografías de Júpiter obtenidas desde Tierra por astrónomos aficionados serán aún mejores que las de Juno cuando ésta se encuentre en las partes más lejanas de su órbita (de hecho, a distancias mayores de 1 millón de kilómetros). Juno finalizará sus días en febrero de 2018, cuando se haga caer sobre las nubes de la densa atmósfera de Júpiter, donde será destruida.

En principio cada órbita debería ser idéntica a la anterior, pero Júpiter no es una esfera perfecta y está achatado por los polos. Esto provoca una precesión de la órbita, es decir, Juno pasará cerca de Júpiter en una posición distinta en cada ocasión.

El autor, cordobés, es astrofísico y divulgador científico en el Australian Astronomical Observatory / Macquarie University. Escribe regularmente en el blog ‘El Lobo Rayado’.