El pasado martes 6 de febrero a las 21.45 hora local peninsular española, desde la mítica rampa 39A del Centro Espacial Kennedy en Florida, Estados Unidos (la misma que usó el transbordador espacial y las misiones Apollo a la Luna), la empresa estadounidense Space X efectuó la primera prueba de lanzamiento de su cohete Falcon Heavy. Se trata del cohete más potente que existe actualmente en servicio, y el cuarto más potente jamás construido después del Saturno V (el cohete que llevó a los seres humanos a la Luna hace casi 50 años y el más potente de la Historia) y los cohetes soviéticos N1 y Energía. El lanzamiento del Falcon Heavy fue todo un éxito, algo que incluso sorprendió a los técnicos de la misión, quienes daban un 50% de probabilidad de fracaso. Además, el lanzamiento de este cohete ha sido terriblemente mediático, cubriendo portadas de periódicos y abriendo las noticias de todo el mundo. ¿Por qué ha sido así?

Space X es la aventura del empresario y millonario estadounidense Elon Mask. El verdadero objetivo de Mask, co-fundador la famosísima empresa de pagos por internet PayPal y también dueño de las compañías Tesla Motors, SolarCity e Hyperloop, es, literalmente, llegar a Marte. En 2002, tras comprobar la pasividad de los políticos y de las empresas públicas como NASA, decidió poner cartas en el asunto y creó Space X para intentarlo él mismo. Al principio, por supuesto, nadie le creía, pero poco a poco ha ido abriéndose camino. En 2008 puso su primer cohete en órbita (el Falcon 1), en 2012 su nave Falcon 9 llegó a la Estación Espacial Internacional. Ha conseguido contratos multimillonarios con NASA y del Departamento de Defensa de Estados Unidos para construir y lanzar cohetes con carga útil. Y en 2015 logró que el mismo cohete (otro Falcon 9) volviera a tierra después de su lanzamiento y aterrizara donde se le pedía. Esto ya fue un éxito enorme, porque empezaba a abaratar mucho el coste al poder reutilizar los cohetes.

Ahora Space X se ha superado a sí mismo lanzando el cohete Falcon Heavy que, esencialmente, son 3 Falcon 9 acoplados, y recuperando dos de los tres cohetes. Con el Falcon Heavy se pueden lanzar hasta casi 64 toneladas de carga útil en órbita baja, doblando de lejos las 29 toneladas que puede lanzar el segundo cohete en servicio más potente, el Delta IV Heavy de la empresa privada ULA. El lanzamiento del Falcon Heavy ha costado sólo 90 millones de dólares, una pequeña parte con respecto a los más de 500 millones que pueden costar otros cohetes, y una nimiedad con respecto al presupuesto de Defensa de Estados Unidos.

La gran expectación creada tuvo su recompensa. Hay que insistir que mucha gente creía que la prueba (que es lo que en realidad era este lanzamiento) iba a fallar, que el Falcon Heavy explotaría lo más seguro en la misma rampa, o poco después. Pero esto no fue así. Millones de personas siguieron en directo la retransmisión (la segunda más seguida en vivo en YouTube en la Historia) y disfrutaron de este lanzamiento. Todo fue mucho más espectacular porque el cohete tenía cámaras de vídeo por todos lados. Se pudieron seguir todas las etapas del lanzamiento, en particular la separación de los dos cohetes laterales (que ya habían volado antes de forma independiente en otras misiones) y su regreso a tierra. Esto ha sido de lo más impresionante: ver caer esos dos Falcon 9 a la vez y posarse casi al unísono sobre dos plataformas de la Base Aérea Cabo Cañaveral (adyacente al Centro Espacial Kennedy). El cohete central, desgraciadamente, no tuvo tanto éxito, y se estrelló a 500 km/h en el océano, cerca de la barcaza donde se tenía que haber recuperado.

Pero la cosa no acaba ahí. Insisto en que esto era un lanzamiento de prueba. Space X no se iba a arriesgar a poner una carga útil dentro del cohete, sabiendo que quizá explotaba todo. En lugar de poner sacos de peso (que es lo que se suele hacer en las pruebas), Elon Mask decidió incorporar un coche Tesla Roadster de color rojo. En su interior, con una pose molona, iba un maniquí, bautizado como Starman, que estaba equipado con el traje de presión que Space X planea usar en la nave tripulada Dragon 2. Además, dentro del coche se incluyeron objetos curiosos y frikies: un reproducción del mismo coche en Hot Wheels, un disco con los libros de la serie de ciencia ficción de La Fundación de Isaac Asimov, además del letrero «Hecho en La Tierra por Humanos» en el salpicadero y la señal «Don’t Panic!» en la pantalla de GPS.

Y esto es lo que de verdad ha cautivado al mundo: las impresionantes imágenes del Tesla Roadster pilotado por Starman con la Tierra, una delicada esfera blanquiazul, al fondo, conseguidas con las tres cámaras que llevaba el coche. La retransmisión en vivo, con el Tesla Roadster siguiendo una órbita elíptica de 180 por 6.950 kilómetros, duró varias horas y constituye un alucinante fondo de pantalla. Nos ha dejado imágenes impresionantes que, hay que insistir, son reales, nada de montajes de photoshop. Este truco magistral, además de servir para promocionar su compañía de coches Tesla, ha inspirado a millones de personas de todas las edades y todas las condiciones.

A las cinco horas y media se encendieron los motores de la segunda etapa (acoplada al coche) y el Tesla Roadster comenzó su destino hacia el espacio profundo. Su órbita, originariamente pensada en llegar a la órbita de Marte pero sin nunca pasar cerca del planeta rojo, finalmente lo llevará hasta casi la órbita del planeta enano Ceres, dentro del cinturón de asteroides. Así, Space X se convierte en la primera empresa privada en sacar un ingenio espacial de la órbita de la Tierra. Además, ha probado que el cohete puede sobrevivir durante horas dentro de los peligrosos cinturones de radiación de Van Allen que protegen a la Tierra.

El Tesla Roadster y Starman, junto con la segunda etapa del Falcon Heavy, continuarán moviéndose por el Sistema Solar durante millones de años, narrando la aventura de la exploración humana del espacio.