Sin lugar a duda, uno de los campos de investigación en Astrofísica más atractivos y activos de los últimos años es la caza de planetas alrededor de otras estrellas. A fecha de hoy se tienen catalogados 2.116 exoplanetas alrededor de otros soles. Los tres últimos exoplanetas en entrar en esta lista se añadieron a principio de mes tras el anuncio de su descubrimiento usando las instalaciones telescópicas que el Observatorio Europeo Austral (ESO) posee en Chile.

En concreto, un grupo internacional de astrofísicos liderados por Michaël Gillon, del Instituto de Astrofísica y Geofísica de la Universidad de Lieja (Bélgica), descubrieron estos tres exoplanetas tras observar la estrella 2MASS J23062928-0502285 con el telescopio robótico Trappist (Transiting Planets and PlanetesImals Small Telescope, «pequeño telescopio para tránsito de planetas y planetesimales»), de 60 cm de tamaño, instalado en el Observatorio de la Silla de ESO.

Esta estrella de nombre impronunciable (por eso ahora se la llama simplemente Trappist-1) es en realidad una enana ultrafría, con solo el 0.05% de la luminosidad del Sol y una masa de 8% del Sol, localizada a tan solo 40 años luz de la Tierra.

Las observaciones mostraban que esta estrella fría y muy débil parpadeaba a intervalos regulares, indicando que “algo” estaba bloqueando parte de su luz. Observaciones detalladas usando telescopios más grandes, incluida una de las unidades del VLT (Very Large Telescope, en el Observatorio de Paranal), de 8 metros de tamaño, revelaron que en realidad hay tres planetas orbitando Trappist-1. Además, estos objetos tienen tamaños y temperaturas similares a los de la Tierra y Venus.

Este descubrimiento es sorprendente, puesto que confirma que las estrellas frías y muy, muy, muy longevas son capaces de tener planetas a su alrededor, y que estos planetas pueden ser de tipo terrestre. Hace solo una década era casi impensable pensar que este tipo de planetas pudiesen existir.

En efecto, el sistema planetario de Trappist-1 se parece mucho más a lo que vemos en el sistema de satélites de Júpiter que a como es nuestro Sistema Solar. Tal es así que los tres exoplanetas necesitan solo 1.5, 2.4 y entre 4.5 y 73 días para completar una revolución a su estrella.

Además, los científicos planetarios se están planteando seriamente si este tipo de sistemas planetarios son en realidad más comunes que el nuestro, dado que por cada estrella de tipo solar existen al menos 2 o 3 estrellas enanas rojas como Trappist-1. Estas estrellas tienen la ventaja añadida de tener un tiempo de vida extraordinariamente largo (algunas pueden brillar durante decenas de millones de años) por lo que sus planetas serían lugares donde la vida (en caso de que el planeta pudiera sostenerla) tuviese tiempo de sobra para evolucionar e incluso alcanzar niveles de inteligencia.

En efecto, la investigación astrofísica de exoplanetas está entrando en una era de descubrimientos que está cambiando las ideas que los científicos tenían preconcebidas durante décadas. Además, lo mejor está aún por llegar, y es muy probable que gran parte de estos nuevos descubrimientos de exoplanetas alrededor de estrellas frías provengan del proyecto Cármenes, que usa el instrumento del mismo nombre instalado en el telescopio de 3.5 metros del Observatorio de Calar Alto (Almería), con tecnología y personal principalmente de España.

Sinceramente confío en que la primera detección fiable de una exotierra ocurra dentro de muy poco gracias al trabajo duro de los astrofísicos españoles que, pese a la mala situación económica, lideran este campo a nivel internacional, para alegría y reconocimiento no solo del resto de científicos sino de toda la ciudadanía de nuestro país.

El autor, astrofísico cordobés en Australian Astronomical Observatory / Macquarie University y miembro de la Agrupación Astronómica de Córdoba, escribe regularmente en el blog ‘El Lobo Rayado’ en la dirección de internet http://angelrls.blogalia.com. Puedes seguirlo en Twitter en @El_Lobo_Rayado.