Si a fecha de hoy se conocen 3524 planetas alrededor de otros soles, ¿qué tenía este descubrimiento de particular? Pues nada más y nada menos que este cuerpo se encuentra orbitando la estrella más cercana al Sol, Próxima Centauri, localizada a sólo 4,2 años luz de nosotros. Además, este exoplaneta, bautizado según el convenio astronómico como Próxima Centauri b, es de tipo rocoso y se encuentra dentro de la zona de habitabilidad de su estrella.

Próxima Centauri (estrella que no se puede ver desde nuestras latitudes) es una estrella enana roja. Esto es, un objeto mucho más pequeño que nuestro Sol, con solo un 12% de su masa, y una luminosidad del 15% la solar. La temperatura superficial de esta estrella es muy baja comparada con la del Sol (unos 3.000 grados, frente a los 6.000 del Sol), por lo que la luz que emite es muy rojiza. Así es muy difícil de ver, de hecho no se descubrió hasta 1915. Este tipo de estrellas son las más longevas del Universo: se calcula que Próxima Centauri podría seguir existiendo durante los próximos 4 billones de años (casi 300 veces la edad del Universo, que es 13.700 millones de años). No obstante no es una estrella tranquila: posee violentas fulguraciones de material cada cierto tiempo como consecuencia de su intensa actividad magnética. Aunque no está confirmado, parece que Próxima Centauri pertenece al mismo sistema estelar que el sistema binario Alfa Centauri, a solo 0.24 años luz de distancia.

Desde hace años se han buscado exoplanetas alrededor de Próxima Centauri. Una vez descartados planetas gaseosos y súper-tierras, el Observatorio Europeo Austral (ESO) lanzó el proyecto Punto Rojo Pálido (Pale Red Dot) con idea de conseguir observaciones detalladas en busca de exoplanetas del tipo terrestre en Próxima Centauri. Para ello se contaba con sofisticados instrumentos instalados en los telescopios de 3,6 metros del Observatorio de la Silla y del VLT (de 8,2 metros) del Observatorio de Paranal (Chile). El 25 de agosto la prestigiosa revista Nature recogía el artículo científico, liderado por el astrofísico español Guillén Anglada-Escudé (Universidad Queen Mary de Londres), describiendo el hallazgo de un cuerpo rocoso, con una masa mínima de 1,3 veces la masa de la Tierra, orbitando a unos 7 millones de kilómetros de Próxima Centauri. Esta extraordinaria noticia, calificada por algunos como la noticia astronómica del año (no lo es, el descubrimiento de las ondas gravitatorias es fundamentalmente más importante), saltó rápidamente a todos los medios de comunicación. Y es que, a pesar de que la distancia entre Próxima Centauri b y su estrella es del 5% de la distancia entre la Tierra y el Sol, este exoplaneta se encuentra dentro de la zona de habitabilidad, esto es, la región alrededor de la estrella donde la existencia de agua líquida es posible (ni muy cerca ni muy caliente de la estrella), por lo que podría albergar vida. Pero aún no sabemos casi nada de este cuerpo: no podemos elucubrar si existe o no vida en él solo porque esté en la zona de habitabilidad, se deben reunir otras muchas características. ¡Quizá este cuerpo no es habitable! Recordemos además que Próxima Centauri posee una actividad estelar muy intensa, por lo que quizá hace que el exoplaneta sea completamente inhóspito. Pero, ¿y si no lo es? Además, está “aquí al lado”. Hace un siglo era impensable viajar a la Luna o a otros planetas, ahora es rutina. Próxima Centauri y su planeta se acaban de confirmar como objetivo prioritario para el primer viaje interestelar (no tripulado, por supuesto) que intentará el ser humano, algo que, aunque no tengamos aún la tecnología, no sería descartable a conseguir en un futuro cercano. Un viaje así llevaría quizá menos tiempo que una vida humana. Esto es lo verdaderamente inspirador del descubrimiento: estamos empezando a pensar en serio en viajar a las estrellas.

El autor, astrofísico cordobés en Australian Astronomical Observatory / Macquarie University y miembro de la Agrupación Astronómica de Córdoba, escribe regularmente en el blog ‘El Lobo Rayado’ en la dirección de internet http://angelrls.blogalia.com. Puedes seguirlo en Twitter en @El_Lobo_Rayado.