Por muy frikis que seamos algunas veces los científicos, como personas con múltiples inquietudes que en general somos en todos los campos del saber, pensamiento y cultura, el título del artículo de Astronomía de hoy no se refiere a ningún personaje de la aclamada obra fantástica del escritor y filólogo inglés J.R.R. Tolkien sino a un sorprendente descubrimiento en un planeta enano.

Nuestro Sistema Solar contiene 8 planetas y 5 planetas enanos: Ceres (el asteroide más grande), Plutón, Haumea, Makemake y Iris. Estos cuatro se localizan en las partes externas de nuestro sistema planetario, más allá de la órbita de Neptuno, donde se mueven una gran cantidad de diminutos cuerpos de hielo y rocas. Pero estudiar estos objetos es muy complicado por su lejanía y su pequeño tamaño.

Esta semana se ha publicado en la prestigiosa revista científica Nature una investigación internacional liderada por astrónomos del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC, Granada). José Luis Ortiz, Pablo Santos-Sanz y colaboradores predijeron que el planeta enano Haumea ocultaría una estrella. Las ocultaciones de estrellas por planetas o asteroides permiten acotar sus características físicas principales (tamaño, forma, densidad), por lo que se pusieron en marcha 10 observatorios europeos para estudiar el raro fenómeno. Los datos combinados han permitido reconstruir con mucha precisión la forma y el tamaño de Haumea: es un objeto elipsoidal, similar a un balón de rugby, cuyo diámetro mayor mide 2320 kilómetros (un poco más de lo que se pensaba hasta ahora). La razón de este achatamiento es la gran velocidad de rotación de Haumea, que tiene un día de sólo 3.9 horas. Además, Haumea es menos reflectante y menos denso de lo que se pensaba, sugiriendo que tiene más cantidad de rocas que de hielos. A diferencia de lo que hemos visto en Plutón, Haumea no posee una atmósfera.

Pero lo más interesante ha sido encontrar algo que nadie esperaba. El planeta enano Haumea tiene anillos. Hasta hace poco se creía que los anillos sólo aparecían alrededor de planetas gigantes (además de los impresionantes anillos de Saturno, Júpiter, Urano y Neptuno tienen anillos), pero precisamente el equipo de José Luis Ortiz y Pablo Santos-Sanz descubrió recientemente que dos asteroides del tipo «centauro» (con órbitas entre Júpiter y Neptuno) también tenían anillos. Los datos de enero son contundentes: hay unas pequeñas bajadas simétricas de brillo de la estrella antes y después de que ocurriera la ocultación: Haumea tiene anillos.

Los datos indican que, al igual que su satélite mayor (Hi´iaka), el anillo de Haumea se encuentra en su plano ecuatorial. El anillo está compuesto por partículas heladas que completan un giro alrededor del planeta en 11.7 horas, esto es, justo lo que tarda Haumea en rotar 3 veces. Posiblemente el anillo se formó tras la colisión de un objeto, aunque no se descarta de que sea material liberado por la rápida rotación del planeta enano. En cualquier caso se trata de un nuevo descubrimiento fascinante que nos invita a reflexionar sobre todo lo que aún desconocemos del Cosmos.