Según la mitología romana, en la palma de la mano reside la diosa Fides, personificación de la buena fe en que se basan los contratos públicos y privados que se suscriben. Esta diosa aparece frecuentemente en las monedas latinas. Tenía su propio templo en ubicado en el capitolio, junto al de Júpiter, el Dios guardián de la fe jurada. La estatua de la diosa Fides representaba a una mujer joven e inocente, vestida de blanco, con un corazón en la mano derecha, una nave en la izquierda y a sus pies, un perro, símbolo máximo de fidelidad al ser humano.

Su fiesta se celebraba el primero de octubre. Los sacerdotes le ofrecían un sacrificio de vino e incienso --sin inmolar jamás a víctima alguna-- con la mano derecha, que es símbolo de compromiso, velada por un lienzo blanco, señal del carácter secreto de la palabra dada. Una diosa celebrada con vino y que reside en la palma de la mano. No hay mejor medida para cocinar.