Este año se conmemora el quinto centenario de la terminación del Hospital de San Sebastián, que con el tiempo ha pasado a ser Palacio de Congresos y Exposiciones, actualmente cerrado por obras de ampliación.

La construcción del hospital tuvo estos prolegómenos: Córdoba no contaba con centro hospitalario y en el siglo XIV apareció una gran epidemia de peste negra o bubónica iniciada en Asia y que pasó a Europa en 1348, causando millones de muertes.

Córdoba estuvo a punto de quedarse vacía entre los que morían y los que huían, llegando a amenazar la ciudad con quedar deshabitada.

En la ciudad no había suficientes sanitarios para atender tantos enfermos, y los frailes dominicos, franciscanos, agustinos, trinitarios y mercedarios ayudaban a esa caritativa labor.

Se instituyó entonces la Cofradía de San Sebastián, y ante la falta de hospitales, se solicitó ayuda al Cabildo, que cedió un solar en la Alcaicería y unas casas contiguas, conocidas como Casas del Lavatorio. El hospital se hizo y desarrolló una gran labor en Córdoba, y pronto cesó la epidemia gracias a San Rafael que protegió a la ciudad, como Custodio que era de la ella.

Posteriormente, debido a la cantidad de niños que eran abandonados por sus madres, con la protección del Cabildo eclesiástico se construyó un cobertizo en la galería occidental del Patio de los Naranjos, para alojar a aquellos infelices, que se convirtió en Casa Cuna.

Al enterarse Juan de Ávila de que habían entrado unos cerdos en el recinto y, según le dijeron, habían devorado a unos niños asilados, acudieron al acaudalado aristócrata Juan Fernández de Córdoba para resolver los problemas.

Casa de Expósitos

Al explicarle los motivos que les llevaban a su presencia, aceptó comprar una vivienda frente a la Catedral en la que fundó la Casa de Expósitos para allí alojarlos. Con esta institución se volcó y con su dinero los mantenía y los criaba, les daba educación y un oficio y colmaba de regalos y de cariño a los niños allí recogidos. De esta forma lavaba todos los desvaríos, dislates y desatinos de su juventud.

Pasado el tiempo, en el siglo XVI, el Cabildo decide su ampliación, pero ante la imposibilidad de hacerlo se optó por construir otro en el solar del Corral de los Cárdenas, propiedad del Cabildo Catedralicio, actual ubicación de Palacio de Congresos.

El Hospital de San Sebastián se construyó en el solar que en tiempos de lo árabes estaba dedicado a sala de abluciones. Fue un encargo de la Cofradía de San Sebastián protegida por el Cabildo Catedralicio. El nuevo edificio se construye entre 1512 y 1516, y se le encargó al alarife cordobés Hernán Ruiz I, el Viejo, nacido en Córdoba c.1479

Éste consideró como núcleo principal del edificio del hospital el Claustro y lo hizo de arquitectura mudéjar, y la capilla de estilo gótico-flamígero, rica en decoración plateresca.

En torno a un patio

Lo que estaba destinado para hospital lo dispuso en torno a un patio con galerías de estilo mudéjar, de dos plantas: en la planta baja con arcos peraltados y rebajados en la alta.

En la actualidad tiene un patio más que le añadió el arquitecto cordobés Gerardo Olivares, inspirado en el de la Facultad de Filosofía y Letras, así como un salón de actos.

Desde el primer patio así como desde la calle se accede a la capilla. Ésta es de disposición rectangular de una sola nave compuesta de presbiterio y oratorio.

El retablo del altar es obra de Teodosio Sánchez de Rueda (1725). Las tribunas que están en los costados de la iglesia fueron colocadas para poder seguir los enfermos los actos religiosos. La puerta a la calle es la más exquisita y delicada muestra de estilo gótico flamígero, muy rica en decoración plateresca, por lo que es una de las más bellas muestras del gótico humanista cordobés.

En la zona de la antigua enfermería quedan restos de pinturas murales y unos medallones con personificación de los apóstoles.

Ambrosio Morales los últimos años de su vida los pasó en Córdoba, porque su deseo era morir en el hospital de San Sebastián. Hecho que ocurrió el 21 de septiembre de 1591.

Desde su fundación hasta 1724, fecha en la que se construye el hospital del Cardenal Salazar, fue el mayor hospital con el que contó la ciudad. Abierto este último, se destinó el de San Sebastián a convalecientes y dementes. Más adelante, en 1816, se trasladó a este lugar la Casa de Expósitos de San Jacinto.

Otras obras de Hernán Ruiz I

A Hernán Ruiz I se le atribuye la portada de la iglesia del Monasterio de San Jerónimo de Valparaíso, terminada en 1510. Se le adjudica el diseño del templo de San Mateo de Lucena, de estilo gótico mudéjar, y las puertas laterales de gótico humanista. Y por estar muy próxima a su estilo también se le asigna la Casa de la Luna de la plaza de San Andrés de Córdoba, fechada en 1544.

Realizó su primera obra en solitario en el puente de Tejedores. En la fachada Oeste de la que fue Mezquita hoy Catedral reformó el llamado Postigo de la Leche y la Puerta de San Miguel, esta última ubicada en la parte de la ampliación de Abd al-Rahman II, y en la que abocaba el primer pasadizo o sabat construido por el Emir Abd Allah, que posteriormente fue destruido por el Califa al-Hakam II para hacer otro que le conducía directamente al mihrab. En 1517, en la ampliación de Almanzor, construyó la Librería Capitular que desapareció cuando en 1578 el obispo fray Martín de Córdoba O.P. mandó hacer la parroquia del Sagrario. El obispo Martín Fernández de Angulo le mandó hacer la remodelación de los soportales del Patio de los Naranjos y configuró el espacio entre los pórticos dividiéndolos en tres proporciones arquitectónicas iguales, formando arcos peraltados apoyados en columnas originales musulmanas, enmarcando cada arco por un alfiz, característico de los árabes, separando el conjunto por

Se le atribuye la portada de la iglesia del Monasterio de San Jerónimo de Valparaíso terminada en 1510. Se le adjudica el diseño del templo parroquial de San Mateo de Lucena, de estilo gótico mudéjar, y las puertas laterales de gótico humanista. Y por estar muy próximo a su estilo también se le asigna la Casa de la Luna de la plaza de San Andrés de Córdoba, fechada en 1544.