El rambleño Alfonso Cabello ha sido reconocido con el premio a los Valores Sociales por una brillante trayectoria en el mundo del ciclismo paralímpico en pista.

Cabello, de 23 años, es todo un ejemplo de superación. Sin un brazo de nacimiento, quiso desde pequeño practicar algún deporte. De hecho, de pequeño hizo natación con el club Fidias al menos durante cinco años. Su padre le compró la primera bicicleta con cinco años y la primera adaptada a su discapacidad con ocho. Para poder competir en ciclismo de alto nivel le tuvieron que poner con quince años una prótesis, que le permitiría desde entonces agarrar el manillar de la bicicleta sin notar la mano que le falta en su cuerpo.

Como deportista de cicismo en pista, Cabello comenzó a destacar en el 2011 en las pruebas nacionales e internacionales de la categoría C4-5. Ese mismo año estuvo muy cerca de conquistar su primera gran medalla internacional, ya que ocupó la cuarta plaza en la velocidad por equipos del Mundial de Italia.

Su primer y hasta ahora único título paralímpico lo conquistó el 31 de agosto del 2012 en Londres al imponerse en el kilómetro batiendo hasta el récord del mundo (1:05:947). Solo unos meses antes, en febrero, fue bronce en el Mundial de Los Ángeles tanto en el kilómetro como en la exigente velocidad por conjuntos.

En el 2014 logró su primer título en un mundial al vencer en el kilómetro y batir su propio récord del mundo con un tiempo de 1:01:683. La gesta tuvo lugar en Aguascalientes (México), nada menos que a dos mil metros de altura y en unas condiciones muy difíciles de humedad. Ese récord universal lo mantiene desde entonces. Además sumó otro oro y récord mundial en la prueba de velocidad por equipos.

La corona mundial del kilómetro la retuvo en el 2015 en Holanda. Además fue medalla de plata en la velocidad por equipos.

El pasado año volvió a subir al podio en los Juegos Paralímpicos al conseguir sendos bronces en el kilómetro y la velocidad por equipos. Unos cambios de última hora en el reglamento de su prueba individual que le perjudicaron, le impidieron conquistar un metal de un mayor valor en la importante cita de Río de Janeiro.

Alfonso Cabello dejó en 2013 su localidad natal para entrenar en Madrid con una beca de la Federación. Sin embargo, hace algo más de un año regresó a la provincia de Córdoba pero ahora para instalarse en Pozoblanco.

Tras conocer la concesión del premio declaró que «siempre te enorgullece que te den un premio y encima, si te reconocen en tu tierra entre tantos deportistas de alto nivel que hay, aún más. Es un honor que te concedan esta distinción, pues me sirve para que tenga sentido todo lo que hago practicando mi deporte».